La Casa Blai Bonet. Centre de Poesia abrirá sus puertas el próximo viernes 14 de junio en Santanyí. | M. À. Cañellas

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«Blai Bonet vive ‘literalmente’ por todo desde Satanyí», dijo Damià Huguet sobre el célebre autor de El mar o L’Evangeli segons un de tants. Ahora, será precisamente su casa en Santanyí el epicentro del universo poético no solamente de su obra, sino la de otros poetas mallorquines de renombre, como el propio Huguet, Jaume Pomar, Josep Maria Llompart, Cèlia Viñas, Antoni Vidal Ferrando y Antonina Canyelles. Todos esos legados reposarán y cobrarán vida en la Casa Blai Bonet. Centre de Poesia, que por fin abrirá sus puertas el próximo viernes 14 de junio, tras más de veinte años de proceso. De esta manera, la Fundació Mallorca Literària suma una nueva sede a las dos que ya tenía en marcha: la Casa Llorenç Villalonga. Museu literari en Binissalem y el Museu de la paraula - Casa Rafel Ginard en Sant Joan.

La inauguración se celebrará a las 20.30 horas y contará con las intervenciones del actor Toni Gomila y los poetas Vidal Ferrando y Antonina Canyelles, además de la música Joana Gomila. Durante el acto habrá una sesión de jazz en vivo y, al final, habrá «un cierre sorpresa» que consistirá en una intervención artística especial en el edificio.

Instalaciones

Este flamante centro cuenta con dos estancias principales: Can Blai, que se corresponde con la que fue la residencia de Blai Bonet, y el edificio de la Poeteca, construido desde cero. El primero se ha reformado para convertirlo en un espacio museográfico y que consta además de una sala polivalente. «Desde el principio tuvimos claro que queríamos respetar Can Blai, con su fisonomía externa. A su vez, contábamos con una parcela que decidimos aprovechar para alzar la Poeteca», detalla Carme Castells, directora de la Fundació Mallorca Literària. «El proyecto dialoga con el entorno, en una relación totalmente respetuosa. Así, aunque ha crecido en volumen, mantenemos esa filosofía, por ejemplo, en la elección de materiales y texturas». Entre otros detalles, el edificio de la Poeteca está parcialmente construido con «llesques de cantera de Santanyí en vez de con bloques, algo bastante singular».

Así las cosas, la casa de Blai Bonet se ha reconvertido en espacio museográfico, donde se exhiben diferentes materiales: desde correspondencia que mantuvo con Salvador Espriu, Vicente Aleixandre o Josep M. de Segarra hasta manuscritos y mecanoscritos de algunas de sus obras, como Oficis de carrer, Mr. Evasió o El Crist de Port Royal, además de tarjetas, billetes u otros detalles personales.

Todos estos elementos están organizados en seis secciones dedicadas a facetas, tópicos o vivencias del autor que se reflejan en sus textos, como la tuberculosis que marcó para siempre su trayectoria vital y literaria; el boom turístico, que observa desde rincones de Cala Figuera o Cala d’Or; la «idea de juventud que siempre encarnó» y «cómo se relacionaba con los jóvenes», centrada en la colección Somniar déus, de Toni Catany; otra dedicada a Nueva York y «su mirada a otras partes del mundo desde su pequeño cuarto»; un vernissage que muestra «su vinculación con el arte» con la exposición de catálogos que escribió, por ejemplo, para el primer monográfico de Antoni Tàpies en 1969 así como «sus propias probaturas artísticas» y, finalmente, otro dedicado a Barcelona, ciudad con la que mantuvo una «estrecha relación».

Por otra parte, se puede entrar en la habitación del escritor, que permanece prácticamente intacta, con sus enseres, libretas de caligrafía irregular y su cama, sobre la cual, en la pared blanca, se proyectarán imágenes oníricas. La ‘famosa’ camilla en la que pasaba horas no es la misma, reconocen, pero han recreado –con sumo cuidado y documentación, avisa Castells– una modesta sala de estar con una televisión en la que también se podrán ver imágenes del poeta. Finalmente, en la primera planta de Can Blai se encuentra la sala polivalente, que acogerá diferentes actividades, como seminarios o exposiciones. De hecho, la primera será una muestra de láminas creadas por el propio escritor. Sin embargo, Castells puntualiza que será la casa de otros creadores.

Poeteca

En cuanto al edificio de la Poeteca, como su propio nombre indica, acoge una biblioteca especializada en poesía «sin precedentes en las Islas» donde se podrán consultar los libros correspondientes a los legados bibliográficos de los autores que se encuentran en el archivo de la Mallorca Literària. «La filosofía es que la Poeteca sea un espacio más informal que la sala polivalente. Por ejemplo, en la Poeteca se celebrarían tertulias, pero los seminarios se llevarían a cabo en la polivalente», compara.

«La Poeteca es un lugar de consulta pública, aunque se tendrá que solicitar el correspondiente permiso para acceder a manuscritos, mecanoscritos, además de otro tipo de documentos como correspondencias, libros o revistas que pertenecían a la biblioteca personal de los escritores», explica Castells. En una pared se realizarán intervenciones artísticas efímeras por parte de creadores. Además, este inmueble incluye dos cámaras que servirán para llevar a cabo residencias de artistas y escritores. El programa de residencias comenzarán, previsiblemente, en 2025 y tendrán una duración máxima de 15 días.

Entre Can Blai y la Poeteca hay un patio que servirá como escenario de actividades culturales al aire libre, que, de hecho, arrancan después de la inauguración. El sábado 15, de 10.00 a 14.00, se llevarán a cabo visitas guiadas. A las 18.00, la compañía Ovnipresents protagonizará una ruta teatralizada titulada De quan vaig ser a ca vostra, que culimnará en la Casa Blai Bonet. A las 21.00, Toti Soler y Gemma Humet ofrecerán el concierto Petita festa, centrado en la palabra de Blai Bonet y en su relación con el guitarrista catalán. El lunes siguientes continuarán las visitas por las tardes y el sábado 22 se organizará la actividad Can Blai en família. Además, la Casa Blai Bonet acogerá la actuación de Gregotechno, el 17 de agosto, como parte del ciclo La Lluna en Vers. A partir de septiembre se iniciará la programación regular, con clubs de lectura y otras propuestas destinadas a hacer de la Casa Blai Bonet un refugio de la creación contemporánea, pero teniendo muy presentes a los maestros que la hicieron posible.