El cantautor y músico británico James Blunt fue exoficial de reconocimiento en el regimiento de Salvavidas del Ejército británico, sirvió bajo la OTAN durante la Guerra de Kosovo en 1999.

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En 2005 se le odiaba o se le idolatraba, no existía el término medio. James Blunt superó todas las expectativas con Back to Bedlam, su fulgurante despegue y hogar de uno de los hits más radiales de todos los tiempos: You’re beautiful. Con su imagen desaliñada, su profunda mirada azul y un falsete ---sugerente para unos, exasperante para otros- usado como politono por millones de personas, el británico dejaba atrás su pasado militar y entraba en la música por la puerta grande (hacen falta hechuras para meter doce millones de discos). Veinte años después, ha sobrevivido a su gran éxito sin convertirse en un juguete roto, de esos que alimentan a una industria que fabrica ídolos a la misma velocidad que los devora. El ciclo Palma Concerts Series le acogerá el próximo 23 de julio en el recinto de Trui Son Fusteret

Aunque la música es una emoción irracional, ¿ha llegado a explicarse por qué You’re Beautiful gustó tanto a la gente?
—Supongo que es porque la idea de pasar junto a un extraño y preguntarse si es el indicado, pero no tener el coraje de hablar con él, es una historia con la que todos pueden identificarse.

¿La imaginaba un hit durante su proceso creativo?
—Sí.

¿Le preocupa u obsesiona concebir otro hit como ese?
—No. Una canción es todo lo que necesitas.

¿Cómo invoca a las musas James Blunt?
—Lo siento con fuerza y luego transmito esa emoción a través de la música.

Sin abandonar su sello creativo, sus últimas canciones se abrazan a una mayor diversidad musical, ¿necesitaba un cambio?
—Trabajé con diferentes productores que aportaron diferentes paisajes sonoros. Y en el camino escuché diferentes canciones que también me inspiraron

¿Le recorren sudores fríos al recordar su servicio en la guerra de Kosovo?
—No. Pero veo con tristeza que nosotros, como seres humanos, no aprendemos del pasado y seguimos eligiendo la agresión en lugar de la paz.

¿Cuál es el sentido de una guerra en pleno siglo XXI?
—Muestra lo incivilizados que somos en realidad. Cómo la codicia y el ego de nuestros políticos son un reflejo de toda la naturaleza humana y cómo, como raza, estamos condenados.

¿Qué artistas siguen siendo una fuente de inspiración para usted?
—The Weeknd.

Es un artista muy activo en Twitter, ahora X. Un periodista español bautizó esta red social como un bar de borrachos, ¿se quedó corto?
—Las redes sociales son algo terrible, el mundo real es un lugar mucho mejor

¿Cómo se lleva por lo general con la crítica?, ¿trata de sacarle partido o la ignora?
—Si eligiera centrarme en una o dos personas que dijeron cosas malas sobre mí en línea, en lugar de en los millones que compraron mi música o vinieron a mis conciertos, me enojaría. Entonces, una vez que pones la negatividad en perspectiva, es fácil reírse.

¿Vive la vida que imaginó?
—No, quería ser una estrella de rock en una banda de rock y tocar la guitarra eléctrica. Pero necesitas amigos para estar en una banda.

De todos los lujos innecesarios, ¿a cuál no renunciaría jamás?
—Tengo un Tuk Tuk (triciclo motorizado) de Tailandia en mi casa de Eivissa. Lo uso todos los días para llevar a mis hijos al colegio y nos hace a todos muy felices.