¿Cuál es el punto de partida de Quiero mejor?
El punto de partida parte de una frase de Oscar Wilde: ‘Tengo gustos simples, solo quiero lo mejor', y un poco también machaca sobre el tema del cliché de los últimos tiempos de salir de la zona de confort y yo digo que hay que entrar en la zona de confort, porque es así donde uno encuentra los duendes, ¿no?
¿Cómo se desarrolló el proceso creativo del álbum?
El proceso creativo de Quiero Mejor fue muy paulatino. Veníamos de la pandemia después de un disco llamado Algo Ritmos, y en el medio un disco de versiones y reversiones que se llamó Tu Ve, producido por Juan Campodónico de Bajo Fondo, y empezaron a aparecer como siempre canciones, ideas, con un sonido bastante acústico, por momentos jazzero inclusive, por momentos flirteando con lo urbano y otros géneros folklóricos también, que a mi me gustan siempre.
¿Cómo se pueden mezclar géneros sin perder la identidad?
Creo que más que mezclar los géneros, uno se inspira en diversos géneros. Y de alguna manera la identidad es uno mismo, de plasmar ideas en base a ser permeable, a inspirarse en géneros, en estilos, pero a la vez ponerle tu propia impronta es el secreto.
¿Qué prejuicios musicales se fue sacando con el tiempo?
El prejuicio es una especie de temor, y lo que te gustaba un día al otro día también puede no gustarte y viceversa. Lo que te parece una genialidad quizás más adelante te parece algo vacuo. Creo que hay que ser adaptable, cambiar, y a la vez ser fiel a tu esencia.
¿Su forma de armar melodías fluye de forma natural o necesita cultivarla?
Soy muy melodista, me gusta mucho elucubrar melodías permanentemente y tengo como 3.500 notas de voz de melodías, ideas rítmicas, ideas de letras, de pronto títulos que aparecen. Pero la melodía me parece súper importante porque es el corazón de lo que uno quiere decir, y la razón, y el sentimiento, todo en uno.
Con los años, ¿en qué ha cambiado su forma de componer?
No soy muy consciente de si ha cambiado mucho mi forma de componer, supongo que sí. Que la tecnología, y las nuevas herramientas te van haciendo mutar de alguna manera. Pero la esencia de componer sigue siendo la misma: Tocar un nervio propio para tocar uno ajeno.
¿Siente que con el paso del tiempo sigue escribiendo sobre los mismos temas?
Si, hay temas recurrentes y de pronto aparecen nuevas temáticas, inclusive en una línea. En un verso de una canción puede aparecer la idea de otra temática. Por ahí no nos sobran los motivos, parafraseando a Sabina, y uno machaca sobre tres o cuatro leit motivs permanentemente de diferente forma, porque por ahí no lo logró del todo la vez anterior.
¿Cuál es su mayor reto a día de hoy?
Creo que el mayor reto cuando uno va creciendo es seguir sorprendiéndonos con cosas y no pensar que está de vuelta de todo; que ya lo ha visto todo y que ya está todo escrito y lo mejor ha pasado… Esa es la vejez espiritual diría yo. No le deseo a nadie el hecho de perder la capacidad de sorprenderse con alguien o con algo en esta vida porque es maravilloso.
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