Se trata de Bugaderes y L’escriptura en el relat artístic, dos propuestas que, según ha destacado la consellera de Cultura, Antònia Roca, reivindican «perspectivas clave que a menudo se quedan en los márgenes de las narrativas históricas». La primera, Bugaderes, está comisariada por Carme Castells y Joana Serra, y la creación artística corre a cargo de Laura Torres; mientras que L'escriptura en el relat artístic, comisariada por Mercè Alsina, cuenta con la participación de las artistas Irene Solà, Alícia Kpf, Marla Jacarilla, Anna Dot, Laura Torres, Rita Puig-Serra y Almudena Lobera. Durante el acto de apertura se ofrecerá una visita guiada a cargo de Alsina y Torres y, a continuación, el Aljub acogerá Aiguaveus, una pieza grabada en directo por el dúo de electroverso Jansky, que se mantendrá durante todo el periodo que durarán las exposiciones.
Sobre Bugaderes, Castells ha explicado que usan ese término para designar el trabajo que desempeñaban las mujeres, pero lamenta que a menudo se emplea con una «connotación negativa, como de quien habla demasiado, como si fuera casi un estigma». En este sentido, la directora ha valorado que, mientras trabajaban, esas mujeres también «tejieron ayudas mutuas y con ello un patrimonio oral que nos ha llegado hasta nuestros días». Por su parte, Laura Torres, ha detallado que la instalación se basa en la recuperación del legado de aquellas mujeres, algo que casa mucho con su trabajo artístico, pues «siempre me han interesado los escenarios menos visibles pero que a la vez contribuyen a la historia».
«No ha sido fácil encontrar documentación sobre ellas, pero poco a poco, sobre todo en anticuarios, he podido recuperar imágenes que combinan un conjunto de fotografías con la técnica de cianotipia, que es la que usaban las primeras fotógrafas de la historia, como Anna Atkins", ha aclarado. De esta manera, la propuesta se tiñe de una tonalidad de azul, en referencia al blauet, que era un producto que servía para blanquear las telas. «Ahora las bugaderes vuelven a recuperar el espacio que les correspondía», ha celebrado. A su vez, la obra remite a las aproximaciones que han sido posibles a través de la palabra poética, con los textos de Antonina Canyelles, Maria-Mercè Marçal, Maria Antònia Massanet o Mercè Rodoreda, entre otras.
En cuanto a L'escriptura en el relat artístic, Alsina ha adaptado la exposición que se llevó a cabo en la Fundació Palau. Centre d'Art-Caldes d'Estrac a las salas anexas al Pati de les Rentadores y al contexto mallorquín, centrándose ahora en la figura de Blai Bonet en vez de Josep Palau i Fabre. La muestra refleja «la fuerte unión entre palabra y arte» que se articula a través del célebre autor de Santanyí. Sin embargo, la propuesta se nutre de la obra de siete mujeres artistas que comparten generación, pues todas ellas son nacidas en los años 80 o 90, y todas son poetas, escritoras o trabajan en la investigación sobre la literatura. El objetivo, ha matizado, es «hablar de cómo las mujeres o, en general, las voces no hegemónicas, buscan maneras de contar historias y se interesan por imaginarios y situaciones que no están a la orden del día», todo ello con «giros inesperados, atrevimientos con la palabra y la materialidad».
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