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Desde el pasado marzo podemos encontrar cientos de titulares del escándalo Cambridge Analytica, que ha destapado la brecha sobre la seguridad y privacidad de la red social Facebook. ¿Qué ha ocurrido?

A mediados de marzo, los diarios The New York Times y The Observer de Londres reportaron que la empresa Cambridge Analytica había utilizado datos de más de 87 millones de usuarios de Facebook, sin la autorización de los mismos, con fines políticos en Estados Unidos y Gran Bretaña.

Estos datos los habría conseguido a través de la instalación por parte de más de 270 mil personas de una aplicación que consistía en un test de personalidad. Tal como estaba programada Cambridge Analytica pudo acceder a los datos de ellas y de sus amigos llegando a esos 87 millones.

En cuanto Facebook se ha enterado, ha impedido el acceso a esta empresa y a otras con aplicaciones similares. También ha preparado medidas de seguridad inmediatas. Mark Zuckerberg ha sido llamado a declarar ante la justicia. Ha mostrado en todo momento una actitud de cooperación y se ha responsabilizado de su parte de culpa.

Es cierto que un tema así, nos permite luchar por nuestra privacidad y el buen uso de nuestros datos. Se tiene que regular. Pero, ¿quiénes son las personas que lo van a hacer? ¿Saben realmente cómo funcionan estos nuevos entornos digitales? Zuckerberg ha tenido que testificar en el Senado y muchas de las preguntas eran formuladas sin ningún tipo de conocimiento en estas materias.

Por otro lado, Facebook tiene más de 2.200 millones de usuarios activos al mes y 14 años de vida. Gracias a Facebook, hemos podido mantener el contacto con personas de todo el mundo, ayudar en caso de catástrofe, hacer nuevas amistades, promocionar nuestras empresas... ¿Eso no se pone en valor?

Por último, Facebook cuenta con herramientas como Facebook BluePrint o recursos sobre privacidad y seguridad. El problema es la falta de conocimiento por parte de la mayoría.