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Juan José Divasson, director de Estrategia y Producto de BBVA, destaca que mejorar la salud financiera es posible y que la entidad ha puesto en manos del clientes las herramientas necesarias para ello.

¿Qué es la salud financiera?
Salud financiera es un concepto muy amplio en el que llevamos trabajando ya muchos años desde BBVA. La sociedad cada vez está más familiarizada con él, ya que se asocia a la gestión de nuestra propia economía, desde los gastos más pequeños hasta los más grandes, y es una cuestión que nos afecta a todos. Salud financiera es la gestión que hacemos de cada uno de nuestros gastos del día a día, de nuestros presupuestos, ingresos, pero también, de ahorros o inversiones. Supone también tener una visión a largo plazo de nuestra economía para planificar el futuro y tener un colchón para hacer frente a imprevistos.

¿Puede cualquier cliente, con independencia de su situación económica, mejorar su salud financiera?
Sí, por supuesto. La gestión de la salud financiera es común a todos, con independencia de su capacidad económica y de ahorro. Precisamente, el objetivo es poner en manos de los clientes todas las herramientas necesarias para que puedan gestionar ellos mismos su propia economía, de acuerdo a sus necesidades y situación financiera.

Hablando de salud financiera, ¿podemos tener un estilo de vida saludable?
En el estilo de vida saludable influyen muchas variables, pero sin duda, una buena gestión de la salud nos ayuda, porque nos puede eliminar mucho estrés, en nuestro día a día pero también en nuestra vida futura.

¿La famosa regla del 50-30-20 es saludable?
No hay una regla escrita pero el escenario ideal para tener una economía saneada es que los gastos no supongan más del 35% de todos los ingresos. Y efectivamente, un patrón a seguir es que el 50/30/20, que consiste en destinar el 50% a los gastos habituales (hogar, hipoteca, etc.), el 30% a gastos más prescindibles y el 20% al ahorro. Pero, en cualquier caso, lo importante es que los clientes estén concienciados y tengan las herramientas suficientes para poder llevar a cabo una adecuada gestión de su salud financiera.

¿No es descabellado pensar en ahorrar con la actual coyuntura?
El ahorro depende de la situación económica de cada persona, de sus gastos, pero, sobre todo, de su gestión financiera. Se puede ahorrar más o menos, pero con una buena planificación y una estimación de qué gastos son necesarios y qué gastos suprimibles tanto en el día a día como a largo plazo. En el nuevo servicio de salud financiera de BBVA existe la posibilidad, por ejemplo, de hacer una estimación de cuánto se gasta una persona en suscripciones (revistas, televisión, etc.) y ver cuánto ahorraríamos si suprimimos algunos de los gastos. En función de la situación de cada uno y de sus ingresos puede costar más o menos, pero hay que estar concienciados y tener la disciplina de llevar a cabo pautas que permitan ahorrar.

¿Desde la app de BBVA podemos gestionar nuestro patrimonio, invertir, conocer nuestra vivienda o controlar nuestra deuda para mejorar nuestra salud financiera?
Entre las novedades que los clientes de BBVA pueden encontrar dentro del servicio de salud financiera de la app son patrimonio neto y deuda. Con estas herramienta los clientes pueden conocer todo lo que tienen (en cuentas, en inversiones, el valor de tu vivienda) menos todo lo que deben (hipoteca, préstamos). Esto permite disponer de una visión más amplia sobre el estado de su economía a la hora, por ejemplo, de querer emprender un proyecto que requiera financiación. El cliente puede elegir cómo configurar su patrimonio. Esto supone que es el cliente el que elige qué productos o bienes inmuebles quiere añadir.

¿Es posible mejorar nuestra economía doméstica con una mejor planificación? ¿Cómo?
La planificación es la base de muchas de las decisiones que tomamos en la vida, y mucho más importante en lo que se refiere a la economía. La gestión del dinero es en ocasiones una causa de estrés, como comentaba antes, y podemos amortiguar esto si tenemos un buen colchón financiero que nos permita hacer frente a imprevistos, o ahorros para acometer proyectos y pensar en nuestra vida futura. Todo eso se gestiona anticipándose y planificando. El servicio de salud financiera ayuda, pero es el cliente el que tiene que hacerlo. Este servicio es un gran aliado, ya que ofrece, por ejemplo, información sobre gastos que pueden venir, pero es el cliente quien tiene que decidir al respecto.