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Desde la máxima prudencia, el sector turístico celebra estos días la reapertura de uno de nuestros destinos vacacionales más emblemáticos, como es la costa de Calvià y, muy especialmente Palmanova y Magaluf, cuyas casi 30.000 plazas de alojamiento representan más del 10,25% de la oferta de alojamiento en Mallorca.

Tras unos comienzos muy difíciles debido al cierre de los mercados y a los constantes sobresaltos en la evolución de la pandemia COVID-19, los hoteles de Meliá Hotels International en la zona consiguieron abrir tímidamente sus puertas en el mes de junio, y hoy mantienen abiertas el 80% de sus 3.667 plazas con una ocupación del 50%, esperando alcanzar el 60% durante el verano.

Aunque se mantiene la incertidumbre y la consiguiente tendencia a reservar en el último minuto, la positiva reacción que venimos observando en los mercados ante cualquier alivio de las restricciones, sumado al anuncio del gobierno británico de que permitirá viajar sin hacer cuarentena a todos los residentes en el Reino Unido con la vacuna completa, nos permiten ser optimistas respecto a un mercado que en 2019 representó el 44% de la clientela total.

El de 2021 será un verano clave para un destino que al estallar la pandemia había recorrido ya un largo camino de renovación y mejora, que comenzó con la multimillonaria inversión protagonizada por Meliá entre 2012 y 2018, seguida por multitud de hoteles y cadenas hoteleras de estas zonas que decidieron también apostar por la calidad; hoy, Magaluf y Palmanova están por encima de la media de destinos españoles en hoteles de 4 y 5 estrellas (más del 72% de sus plazas) y, aunque la colaboración público-privada ha permitido algunas mejoras urbanísticas, de seguridad, y de calidad en el destino, el sector confía en las ayudas directas comprometidas por el Gobierno para las Illes Balears, y en los fondos europeos, para continuar con el impulso de calidad y renovación de estos destinos.
Pero nada de esto será suficiente si no cambiamos la imagen y reputación del destino; por ello, confiamos ante todo en el compromiso que nuestras autoridades, conjuntamente con los empresarios representados entre otros por la Federación Hotelera de Mallorca (FEHM), han reiterado la semana pasada, para luchar decididamente y con todas sus fuerzas contra las conductas incívicas, tras la aprobación por el Govern balear en enero de 2020 de la Ley contra el Turismo de Excesos, que estableció al fin medidas contundentes para determinadas zonas, entre las que se encuentra Magaluf.

El verano de 2021 nos ofrece una oportunidad histórica para reposicionar Magaluf, con una oferta más renovada -también la oferta complementaria-, una mejor segmentación de cliente y con mayor conciencia sobre la seguridad, con menos plazas hoteleras de bajo coste, y con un previsible predominio de clientela británica mayor de 40 años, correspondiente al universo de personas vacunadas. Esperemos que la responsabilidad de todos para evitar nuevos retrocesos en la desescalada acompañe a este gran esfuerzo público y privado para reposicionar Magaluf en clave de calidad, seguridad y sostenibilidad.