Los hoteleros, en general, tienen claro que la masificación se debe al alquiler vacacional y a los cruceristas. Consideran que el alquiler vacacional se ha incrementado de forma irregular en los últimos años y que se ha extendido por las Islas como una plaga sin control. Apuntan a la necesidad de acabar con el alquiler vacacional ilegal como una de las soluciones para acabar con la masificación turística. En cambio, desde la patronal del alquiler vacacional, esgrimen argumentos contrapuestos. Recuerdan que solo dos millones de turistas de los 17 que llegaron a Balears en 2023 se alojaron en viviendas de alquiler vacacional. En este sentido, utilizan la ironía para preguntarse como es posible que la masificación sea culpa de los dos millones de turistas que se alojan en viviendas de alquiler y no de los doce millones que acudieron a hoteles.
Hoteleros y propietarios de viviendas de alquiler turístico han girado ya la vista hacia los visitantes que aseguran que se alojan en viviendas de familiares y amigos. De igual manera, las instituciones de Balears, y con especial interés los diferentes consells insulars, que tienen las competencias, han fijado su mirada en los visitantes que aseguran alojarse en casa de familiares y amigos. En 2023 fueron 2.120.421 visitantes los que se alojaron en viviendas de familiares y amigos. Es decir, el 11,87% de los más de 17 millones de visitantes. El porcentaje de visitantes que se alojan en viviendas de familiares y amigos ha rondado en los últimos años el 11%, con la excepción de 2020 y 2021, muy condicionados por la pandemia. De esta manera, en 2018 fueron el 11,65% los visitantes que se alojaron en viviendas de familiares y amigos. El porcentaje subió hasta el 11,61% un año después. En 2020, en plena pandemia, subió hasta el 24,86% y se mantuvo alto en 2021 con el 13,71%. En 2022 se normalizó para alcanzar el 11,13%.
Además, hay que considerar que pernoctaron más visitantes en casas de amigos y familiares que en viviendas de alquiler vacacional (2.067.752). En porcentajes, los visitantes que se alojaron en viviendas de alquiler vacacional fueron el 11,58% en 2023. En 2022, el porcentaje fue prácticamente igual (11,59%), mientras que en 2021 fue del 16,36% y del 15,59% en 2020, el año de la pandemia. En 2019, el 12,47 de los visitantes de Balears se alojaron en viviendas de alquiler y el 13,08% en 2018. Otra cifra a considerar es que casi un millón de los visitantes de Balears (975.105) se alojaron en una vivienda propia. Es decir, que entre los visitantes que pernoctaron en una vivienda de su propiedad y los que lo hicieron en una de familiares o amigos, más de tres millones de personas no pagaron nada por su alojamiento el pasado año.
En Balears, el número de extranjeros que compran una vivienda no deja de crecer, por lo que en un futuro inmediato pueden incrementarse los visitantes que se alojan en su propio domicilio y los que lo hacen en una vivienda de familiares o amigos. Las Islas son la comunidad con un mayor porcentaje de compra de viviendas por parte de extranjeros. La sospecha de los responsables turísticos es que muchos de los visitantes que aseguran pernoctar en viviendas de familiares y amigos lo hacen realmente en casas que han alquilado en origen. Detectar esta irregularidad no es sencillo, aunque desde los diferentes consells están decididos a acabar con cualquier tipo de irregularidad.
El número de personas que pernoctan en viviendas de familiares y amigos superó el pasado 2023 los dos millones de personas por vez primera. En 2018 fueron 1.928.600 visitantes los que se alojaron en viviendas de familiares o amigos, un año después la cifra se reducía tímidamente y se quedaba en 1.914.246.