Zuckerberg cree que los clones de IA permitirían a los creadores delegar tareas rutinarias y enfocarse en aspectos más creativos de su trabajo. Los clones podrían gestionar interacciones en redes sociales, responder preguntas frecuentes y mantener una presencia constante en línea, incluso cuando los creadores están ocupados con otras actividades. Además, esta tecnología facilitaría la personalización del contenido para diferentes segmentos de audiencia, adaptándose a las preferencias individuales de cada usuario.
La idea de Zuckerberg plantea tanto oportunidades como desafíos éticos y técnicos. La creación de clones de IA plantea preguntas sobre la autenticidad y la privacidad, así como sobre el impacto en el empleo en la industria de la creación de contenido. A pesar de estos desafíos, Zuckerberg está convencido de que la IA jugará un papel crucial en la interacción digital, transformando la manera en que los creadores se conectan con sus audiencias y expandiendo las posibilidades creativas.
Los clones de IA podrían ser entrenados con el estilo y las preferencias de los creadores originales, proporcionando una réplica digital que mantenga la esencia y personalidad del creador. Este avance, no solo beneficiaría a los creadores de contenido, sino que también podría extenderse a otras industrias, como la atención al cliente, la educación o la sanidad.