Miles de manifestantes mantuvieron ayer sus protestas contra la
dirección del Kuomintang (KMT), mientras el Gobierno chino advirtió
de que no habrá diálogo ni negociaciones a través del estrecho, si
Taiwán no acepta el principio de «una sola China». El presidente
chino, Jiang Zemin, contestó así a las declaraciones del presidente
electo de Taiwán, el independentista Chen Shui-bian, en el sentido
de que no acepta el principio de «una sola China» como condición
previa al diálogo y que sólo lo hará en plano de igualdad.
El triunfo de Chen, el pasado sábado, supuso un enorme desafío
del electorado taiwanés a Pekín, que durante toda la semana
anterior había amenazado, incluso con la guerra, si resultaba
elegido el candidato del Partido Demócrata Progresista (PDP), que
defiende la independencia de la isla.
Los mercados financieros reaccionaron ayer con preocupación ante
los temores de que la victoria del independentista Chen desencadene
renovadas tensiones con China, con una baja de más del 3% en la
Bolsa. Sin embargo, la divisa taiwanesa se revalorizó ligeramente
ante la intervención del Banco Central, que dispone de 113.640
millones de dólares en reservas, aunque el alto volumen de
transacciones despertó el temor entre los inversores. Los militares
taiwaneses, por su parte, se mantienen vigilantes en todo Taiwán y
las islas fronterizas de Kinmen y Matsu, a pocos kilómetros de las
costas chinas, están en estado de alerta.
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