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El presidente de EE UU, Bill Clinton, afirmó ayer que el uso de la fuerza para sacar a Elián González de Miami fue «lo apropiado» y que «no hubo otra alternativa» para aplicar las resoluciones de las autoridades de inmigración. Clinton afirmó que la decisión correspondió a la fiscal general, Janet Reno, pero que él la ha apoyado. El presidente de Estados Unidos dijo que siempre ha defendido que se aplique la ley en este caso y destacó que el Gobierno ha tratado de negociar hasta el último momento con los familiares de Miami y que, al final, «no hubo otra alternativa» para hacer cumplir las resoluciones del Servicio de Inmigración.

«Al final, se trata de un niño pequeño que perdió a su madre y que no ha visto a su padre en meses» y, «con el tiempo, volverán a ser una familia», dijo el presidente de EE UU, en una corta declaración ante los periodistas. «Intentamos todo hasta último momento para que Lázaro González entregara al niño voluntariamente a su padre. Lamentablemente, la familia en Miami tiró por tierra con nuestros esfuerzos, y no nos dejó otra opción que la fuerza», afirmó por su parte Janet Reno.

El vicepresidente de Estados Unidos, Al Gore, criticó implícitamente la decisión del Gobierno, al afirmar que el caso debe estar en manos de un tribunal para menores. Tambiéb el candidato republicano George Bush criticó la forma empleada.