La operación policial ordenada por la fiscal general
norteamericana, Janet Reno, y que contó con el visto bueno del
presidente, Bill Clinton, provocó la cólera de la comunidad cubana
en Miami, que inmediatamente se concentró frente a la vivienda de
Lázaro González, y contra la que la policía lanzó gases
lacrimógenos para dispersarla. Las protestas generaron un clima de
caos en la ciudad, varios arrestos y algunas lesiones.
Cientos de cubanos indignados se concentraron en algunas calles
de la Pequeña Habana, encendiendo fogatas y gritando consignas
contra el presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, y la fiscal
general, Janet Reno, a quienes acusaron de «traicionar» al exilio
cubano. Los manifestantes, portando carteles con la foto de Elián
cuando fue sacado de la casa de su tío abuelo Lázaro González, se
enfrentaron en varias ocasiones a los equipos antidisturbios de la
policía y éstos lanzaron gases lacrimógenos a la multitud
enardecida para tratar de controlarla.
Varias organizaciones anticastristas convocaron una huelga
general el martes, jornada para la cual piden que Miami sea
declarada «ciudad muerta y que ningún obrero, profesional ni
operador salga a trabajar ese día». Marisleysis González, la prima
de Elián que ha servido como una segunda madre para el niño,
afirmó, llorando y con ira, que el asalto a su casa se produjo poco
después de que se estuviera negociando con Janet Reno un acuerdo
para hacer una entrega pacífica.
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