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EFE-SKOPJE La población ha empezado a evacuar las aldeas del norte de Macedonia ocupadas por una guerrilla albanesa, aunque el Ejército no ha emprendido aún la acción militar prevista para después del mediodía de ayer. El Gobierno dio a entender que dejaba en suspenso la operación militar contra los guerrilleros. En un comunicado, el presidente macedonio, Borís Traykovski, admitió que su país no se enfrenta «sólo a un problema militar» y que debe dar pasos hacia una «solución a largo plazo» de la crisis con la minoría albanesa.

«La política de contención muestra nuestro deseo por encontrar una salida pacífica. Tal política proseguirá hasta que haya mayores avances y hasta que se encuentre una solución definitiva», señaló. Traykovski advirtió de que las fuerzas de seguridad responderán a cualquier provocación y no permitirán a los «terroristas» la ocupación de territorios, y reiteró que tienen que deponer las armas. El presidente reafirmó la firme decisión de las autoridades de «vencer» a la guerrilla, cuyo objetivo, dijo, es una sociedad dividida y una guerra civil. Pero, al mismo tiempo, insistió en la vía pacífica de solución de la crisis.

El secretario general aliado, George Robertson, exigió a la guerrilla albanomacedonia que deponga las armas y dijo que la Alianza ofrecerá «asistencia militar» a Macedonia. De visita en Tirana, Robertson añadió que «la crisis en Macedonia es seria y ha sido instigada por los extremistas armados». «Los extremistas armados están usando a los civiles como escudos humanos», práctica que, dijo, representa una violación de la ley internacional. Robertson dio así la razón al Gobierno macedonio, que acusa a la guerrilla de parapetarse tras los civiles en las aldeas de la región norteña de Kumánovo en las que se ha atrincherado.