El ex presidente peruano Alberto Fujimori deberá sentarse en el
banquillo de los acusados tras haber sido denunciado
constitucionalmente por su implicación en el homicidio de 15
civiles en el barrio limeño de Barrios Altos, cometido en 1991 por
el «Grupo Colina», un escuadrón de la muerte paramilitar. La
denuncia fue interpuesta por la Fiscal de la Nación, Nelly
Calderón, y en ella se considera a Fujimori «coautor» del crimen
ocurrido el 3 de noviembre de 1991, un año después de asumir su
primer mandato.
La Fiscal incluye un relato impactante en el cual se narra que
el mismo día de la matanza Fujimori acudió al local del Servicio de
Inteligencia Nacional, que dirigía desde la sombra su entonces
asesor Vladimiro Montesinos, a celebrar con los miembros del «Grupo
Colina» el crimen. La denuncia se basa en la versión de tres
testigos que sobrevivieron a los hechos, y que los detallaron con
coherencia y con exactitud. Según el texto, el hoy destituido ex
mandatario fue a saludar y reconocer «la eficacia y las bondades
del trabajo efectuado» por ese escuadrón de la muerte secreto
integrado por miembros del Ejército.
El relato añade que Fujimori «los felicitó, los condecoró y
dispuso el pago por los servicios especiales de operaciones de
inteligencia a los autores de este crimen». Desde la
clandestinidad, el ex jefe de «Colina», el mayor Santiago Martín
Rivas, admitió el jueves pasado su responsabilidad en la matanza de
Barrios Altos.
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