Slobodan Milosevic, del poder a la cárcel en dos años.

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JUAN ELORRIAGA-BELGRADO La decisión de enviar a Milosevic a La Haya fue tomada por el Gobierno serbio, en contra de una decisión del Tribunal Constitucional de Yugoslavia, que horas antes había suspendido la entrada en vigor de un decreto gubernamental federal al respecto. Nemanje Kolesar, portavoz del primer ministro serbio, el pro occidental Zoran Djidjic, explicó que 21 de los 23 miembros del Gobierno de Serbia, reunido en sesión urgente, apoyaron la extradición de Milosevic, a pesar del fallo del Tribunal Constitucional de la federación yugoslava, compuesta por Serbia y Montenegro.

Los partidarios de Milosevic se concentraron frente a la cárcel donde su líder se encontraba desde el 1 de abril en prisión preventiva por supuesto abuso de poder y malversación, aunque no por crímenes de guerra. El ministro del Interior yugoslavo, el serbio Zoran Zivkovic, había predicho ya, tras la negativa del Tribunal Constitucional federal, que Serbia actuaría por su cuenta al margen de la Federación, y que colaboraría con La Haya.

Djindjic explicó a los periodistas que el artículo 135 de la Constitución serbia autoriza a esta república yugoslava a asumir tareas federales «cuando los órganos federales no estén en condiciones de hacerlo». Antes de adoptarse esta decisión, el Partido Socialista Popular (SNP) de Montenegro había amenazado con retirarse del Gobierno federal y provocar con ello la caída del Gabinete y elecciones anticipadas. En Serbia, la coalición de 18 partidos Oposición Democrática de Serbia (DOS), que venció a Milosevic el pasado otoño, tiene mayoría de dos tercios en el Parlamento, pero sólo mayoría relativa en la Asamblea federal. La DOS necesitó para cambiar la Ley de extradición el apoyo de su aliado normal, el Partido Socialista Popular (SNP) de Montenegro, que se negó a seguir a esa coalición en esta cuestión.

El SNP no quiso participar en revocar el artículo que prohíbe la extradición de ciudadanos yugoslavos a tribunales extranjeros, aunque se manifestó de acuerdo en juzgar a Milosevic y condenarlo por lo que fuera dentro Yugoslavia. Al no haber obtenido ese apoyo, la DOS recurrió a un decreto avalado por sus nueve ministros del Gobierno federal, en contra de los siete montenegrinos del SNP. Fue ese decreto que suspendió ayer el Tribunal Constitucional federal, en el fallo desatendido por el Gobierno de Serbia. Ante los salarios de miseria y un decenio de bloqueo y aislamiento, no se esperan disturbios importantes, ya que ahora hay perspectivas de que termine el bloqueo financiero y empiecen las ayudas tras la entrega de Milosevic. A partir de este decisión serbia, a todas luces, Yugoslavia obtendrá hoy en la Conferencia de países donantes de La Haya unos 1.200 millones de dólares (más de 250.000 millones de pesetas).