Milicianos de la Alianza del Norte observan cómo aviones de Estados Unidos bombardean Kunduz.

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DUFÀN GULIAM-ISLAMABAD Los talibán acorralados en Kunduz condicionaron ayer su rendición y la Alianza del Norte se replegó a la exigencia de la ONU de que se celebre una reunión fuera de Afganistán para estudiar la formación de un nuevo Gobierno. Esta condición fue aceptada ayer por la tarde por la Alianza. Los comandantes talibán de Kunduz pusieron dos condiciones para la rendición, propuesta tras expirar el ultimátum dado por la Alianza: garantías de seguridad «para los mercenarios extranjeros» atrapados en el último reducto integrista en el norte afgano y que la capitulación se produjera «bajo el control de la ONU».

Pero el anuncio del supuesto fin pacífico del cerco contrastó con las escenas de horror dentro de Kunduz, que dieron lugar a relatos de matanzas de niños y talibán a cargo de los feroces mercenarios árabes seguidores de Bin Laden. Entre 2.000 y hasta 40.000 extremistas, según diversas fuentes, se atrincheraron desde el lunes en Kunduz tras huir de las ciudades de Mazar-i-Sharif, Talokán y otras del norte afgano cedidas ante una fulgurante ofensiva de la Alianza.

Pero los defensores eran una mezcla heterogénea de talibán más o menos fanáticos, miembros árabes de la red terrorista Al Qaeda y de la famosa Brigada 55, ambas fundadas por Osama Bin Laden. Los comandantes de la Alianza, que aceptaron el miércoles dar un plazo de dos días solicitado por el alcalde de Kunduz para negociar la rendición, prometieron «el perdón» a los talibán arrepentidos. Al finalizar el ultimátum, el alcalde solicitó una «prórroga», que fue concedida en una muestra de la Alianza de lograr el control de Kunduz casi sin combatir.

El nuevo plazo expiró ayer, y la Alianza anunció que estaba lista para iniciar el asalto inmediatamente. Algunos de los mercenarios, según testimonios de aterrorizados habitantes de Kunduz que fueron llegando con cuentagotas a Talokán y otras ciudades de esta parte norte de Afganistán, se hicieron dueños absolutos de la situación con violencia inusitada.