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El presidente estadounidense, George W. Bush, promulgó ayer la ley aprobada por el Congreso que le facilitará negociar acuerdos de comercio con otros países y con la cual su país pretende recuperar el liderazgo mundial en ese sector económico. El texto incluye con ese fin la Autoridad para la Promoción Comercial (TPA), antes conocida como «vía rápida», instrumento puesto en marcha en 1974 y suspendido desde hace ocho años, debido a presiones de los sindicatos y grupos ecologistas. La ley comercial fomentará la creación de empleo en EE UU y «dará a otras naciones la confianza para negociar con nosotros», dijo Bush durante una ceremonia en la Casa Blanca.

Bush elogió los esfuerzos de los legisladores demócratas y republicanos para conseguir la ley comercial -porque «pusieron a su país por delante de sus partidos»- y dijo que ahora EE UU «regresa de lleno a la mesa de negociaciones». «Después de ocho años, EE UU regresa a la promoción del libre comercio para consolidar nuestra prosperidad y el crecimiento económico», agregó el presidente, acompañado en la ceremonia por los legisladores que negociaros el texto y por los embajadores de varios países andinos que aspiran a beneficiarse de la nueva legislación.

Con la TPA, la Presidencia podrá negociar pactos comerciales internacionales que el Congreso sólo podrá aceptar o rechazar en su totalidad sin modificaciones, aunque el Gobierno tendrá que consultar con el poder legislativo. Esta ley comercial se promulga en un año marcado por las elecciones legislativas del próximo noviembre, cuya campaña, previsiblemente, estará dominada por la economía. La Casa Blanca considera que la apertura del comercio ofrece beneficios a los países que buscan adentrarse en el mercado de EE UU.