Nunca, como ahora, la toma de posesión de un presidente colombiano
había obligado a las autoridades a aplicar tantas medidas extremas
para garantizar la seguridad. En todo Colombia, pero especialmente
en Bogotá, se ordenaron una serie de normas, como la de no permitir
la entrada de vehículos al centro de la ciudad y el cierre total
del espacio aéreo durante la transmisión hoy del mando al nuevo
mandatario, Alvaro Uribe Vélez.
El general Héctor Darío Castro, comandante de la Policía en
Bogotá, reiteró ayer que se ha hecho «un esfuerzo conjunto» de
distintas autoridades militares, policiales y civiles «para que
haya calma en la ciudad». Aludió al «dispositivo de personal
uniformado en distintos sitios» y a los «muchos puntos de control
para detectar personas con intereses terroristas».
Ningún avión, comercial o privado, podrá cruzar el espacio aéreo
de la ciudad, vigilado por aparatos de la Fuerza Aérea, e incluso
uno estadounidense.
Unos 20.000 uniformados de diferentes fuerzas vigilan la ciudad y
la Policía Metropolitana fue reforzada con 12.000 agentes.
Hoy estará prohibido el transporte de camiones distribuidores de
tanques de gas doméstico y de recogida de escombros o de materiales
de construcción en esos vehículos o en carruajes de tracción
animal. La ceremonia de investidura se celebrará, por primera vez
en muchos años, en un recinto cerrado, en la sede del Congreso, con
un acceso al edificio muy restringido, y a la que asistirán varios
gobernantes de América, el príncipe de Asturias y delegaciones de
más de un centenar de países.
En los últimos días las FARC detonaron coches-bomba en Bogotá,
Medellín y los Llanos Orientales; activaron artefactos en
Cartagena, Medellín y en la costa; destruyeron un aeropuerto en el
este; presionaron a centenares de habitantes para abandonar sus
pueblos, e intentaron ataques a localidades en muchas zonas del
país.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.