Las detenciones de militantes del Sinn Fein, brazo político del IRA
(Ejército Republicano Irlandés), acusados de espionaje en la sede
del Gobierno británico de Belfast, provocaron momentos de crisis
ayer en el Ejecutivo del Ulster, dividido entre católicos y
protestantes.
«No estamos dispuestos a seguir compartiendo el Gobierno con el
Sinn Fein en estas circunstancias», declaró el ministro unionista
de Cultura, Michael McGimpsy, portavoz del principal partido
protestante y pro-británico. McGimpsy dijo estar dispuesto a
abandonar el Ejecutivo antes del 18 de enero, fecha en que se
cumple el ultimátum fijado por el primer ministro protestante,
David Trimble, líder del Partido Unionista del Ulster (UUP), para
que el IRA desmantele totalmente su arsenal y sus estructuras.
El viceprimer ministro católico, Mark Durkan "líder del primer
partido católico de la Asamblea local (SDLP)", dijo que los
unionistas de Trimble podrían adelantar la dimisión de su gobierno
al 25 de octubre. «No trato de minimizar la gravedad de la
situación», añadió, «tenemos que mantener la cabeza fría, vamos a
necesitarlo en los días y semanas que se avecinan».
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