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Algunos heridos en el asalto al teatro de Moscú donde eran rehenes de rebeldes chechenes salieron ayer del hospital, pero las autoridades advirtieron de que la cifra de 117 muertos puede aumentar porque muchos permanecen en estado grave. «Un número considerable de personas están en unidades de cuidados intensivos, por lo que no se descarta que la cantidad de fallecidos aumente», reconoció el Fiscal de Moscú, Mijaíl Avdiukov.

Una de las tareas de la investigación sobre el ataque terrorista al teatro Dubrovka y la liberación de unos 800 rehenes en un asalto policial es «establecer con precisión el número de muertos y damnificados», dijo el fiscal.

El departamento de Sanidad informó anoche de que en 14 hospitales de la capital permanecen ingresadas 646 personas, de ellas 150 en unidades de cuidados intensivos, incluidas 45 «en estado muy grave». Andréi Seltsovski, médico jefe de Moscú, precisó que el número total de rehenes muertos registrados para la noche del domingo era de 117 personas, además del medio centenar de terroristas aniquilados y otros tres detenidos. Sobre la prohibición del acceso de los familiares de las víctimas a los centros hospitalarios, se limitó a decir que él no participó en la adopción de la medida.

El presidente ruso, Vladímir Putin, decretó día de luto nacional hoy lunes 28 en memoria de las víctimas de la tragedia, horas después de pedir perdón en un discurso televisado porque «no pudimos salvar a todos» los rehenes.

El comunicado de Sanidad sobre nuevas víctimas se divulgó en medio de una creciente tensión entre los familiares de los rehenes ante el secretismo oficial en los hospitales.

La emisora de radio Eco de Moscú dijo que algunos familiares se quejaron de que sus hijos o padres «están arrestados de nuevo», pero ante la presión popular a primera hora de la tarde se comenzó a dar de alta a heridos y algunos pudieron salir y marcharse a casa.