El instituto europeo, que ha sido criticado con frecuencia por
su falta de transparencia al comunicar sus decisiones de política
monetaria, ha querido asegurarse esta vez de transmitir bien el
mensaje sobre el posible primer recorte de las tasas en 13 meses.
Con la vista puesta en el modesto crecimiento previsto para la
eurozona en 2003, de tan sólo el 1,8 por ciento, el banco europeo
ha preparado a los mercados financieros y la opinión pública con
declaraciones de varios miembros de su consejo de gobierno
favorables a un abaratamiento del precio del dinero.
Políticos y economistas han presionado en los últimos meses al
BCE para que relaje su política monetaria y reactive así la
economía europea, tal como ha hecho la Reserva Federal en Estados
Unidos al reducir los tipos hasta el 1,25 por ciento, el nivel más
bajo en 41 años. La mayoría de los observadores cree que la
autoridad monetaria aplicará un recorte de medio punto en la
reunión que los 18 miembros del consejo de gobierno celebrarán el
jueves, aunque Duisenberg no precisó el porcentaje de la posible
bajada.
Hasta ahora, sólo el economista jefe de la entidad, Otmar
Issing, ha enfriado algo las expectativas de un recorte de tipos al
subrayar que los riesgos inflacionistas aún persisten. Según la
agencia alemana VWD, 18 de 29 bancos encuestados prevén para el
jueves una rebaja hasta el 2,75% y sólo uno opina que la entidad
europea no tocará las tasas, y de las 30 entidades preguntadas por
la agencia Bloomberg 22 pronosticaban también una reducción de
medio punto.
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