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EUROPA PRESS-WASHINGTON
El objetivo de Estados Unidos es ver todo Oriente Próximo libre de armas de destrucción masiva. Así lo dijo el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, quien negó que haya planes de guerra contra Siria. Powell, negó que su país tenga una lista de países a los que quiera atacar militarmente para derrocar a sus Gobiernos, aunque reiteró la preocupación por las políticas que siguen países como Siria e Irán.

Las acusaciones de Damasco apuntan, a Israel. El Gobierno sirio, por medio de la agencia oficial SANA, aseguró que las de Washington son «acusaciones y alegaciones inexactas que responden a las peticiones de Israel y que sirven a sus objetivos e intenciones expansionistas». El gobierno sirio aseguró que no hay fundamento para acusarle de poseer armas de destrucción masiva.

El Gobierno de Damasco ha negado las acusaciones y amenazas «sin fundamento» realizadas por Washington, a su juicio, inspiradas por Israel.

«No hay planes de guerra en este momento para atacar a nadie más, ni para derribar un régimen ni para imponer valores democráticos», dijo Powell, quien, eso sí, mostró su preocupación por el desarrollo de armamento de destrucción masiva por parte de Siria, por «su continuo apoyo a organizaciones terroristas y por el aflujo de material a través de la frontera de Siria hacia Irak».

Por otra parte, El Kremlin calificó como infundadas las acusaciones de Estados Unidos a Siria, pero los expertos rusos no descartan que Washington consolide su victoria en Irak con algún golpe selectivo contra el vecino sirio.