Manifestación de chiíes para denunciar su ausencia en el encuentro. FOTO: TSUYOSHI NOJIMA

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EUROPA PRESS-NASIRIYA
Los delegados de la oposición iraquí mantuvieron ayer su primera reunión, en Ur, cerca de Nasiriya, al sur de Irak, en la que defendieron un sistema federal democrático, basado en una consulta nacional, al tiempo que acordó la disolución del Baaz, el partido de Sadam, dentro de una declaración de trece puntos. Sin embargo, esta reunión no contentó a todos. Miles de personas se manifestaron en Nasiriya para denunciar la ausencia de los musulmanes chiíes en este encuentro, puesto que son mayoría en Irak.

Zalmay Khalilzad, enviado especial de la Casa Blanca, quiso dejar claro a los presentes que EE UU no busca gobernar Irak. «Queremos que ustedes establezcan su propio sistema democrático a partir de las tradiciones y los valores iraquíes», aseguró.

«Es el momento de volver a tomar las riendas del país», dijo Hatem Hate, de regreso en el exilio. Por eso, la apuesta de la oposición al régimen de Sadam es la de crear un «sistema federal democrático» basado en una consulta nacional. Así, el objetivo es redactar una nueva constitución y un nuevo código penal.

Los presentes acordaron volver a reunirse dentro de diez días. Se trata de una serie de meses redondas destinadas a nombra la nueva autoridad civil que regirá el destino de Irak.

La contestación política a la reunión tuvo eco entre los ciudadanos. Unos 20.000 iraquíes, en su mayoría chíes, se manifestaron en Nasiriya para denunciar su ausencia en estas conversaciones. De hecho, y aunque no se ha dado a conocer la lista de participantes, en la reunión convocada por Washington no estuvieron ni el principal líder opositor iraquí, Ahmad Chalabi (jefe del Consejo Nacional Iraquí), ni tampoco el principal grupo de oposición chií, el ASRII.