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RAFAEL CAÑAS-WASHINGTON
Sadam Husein sobrevivió a los dos intentos estadounidenses de matarlo con ataques aéreos y podría encontrarse en Irak, según las declaraciones de Abid Hamad Mahmud al Tikriti, ayudante personal del ex presidente iraquí. Mahmud, quien se entregó esta semana a las tropas de Estados Unidos en Irak, ha dicho a sus interrogadores que Husein, sus dos hijos y un grupo de colaboradores -entre los que se encontraba él mismo- se escondieron algún tiempo antes de separarse.

Los responsables estadounidenses reconocen que no tienen por ahora medios para certificar la veracidad de las declaraciones de Mahmud, pero señalan que, aparte de los hijos del ex presidente, se trata de la persona más próxima a Sadam. Mahmud era considerado por EEUU el «número tres» del antiguo régimen iraquí, sólo por detrás de Sadam y su hijo Qusay.

La información fue publicada ayer por los diarios «The New York Times» y «The Washington Post», que citan fuentes del Pentágono, y fue confirmada después por otras fuentes militares. Mahmud explicó que el grupo se separó en un momento no precisado y que, acompañado por los hijos de Sadam Husein, huyó a Siria, aunque posteriormente fueron obligados a regresar. Tras el final de la guerra, el secretario de Defensa de EE UU, Donald Rumsfeld, acusó a Siria de albergar a fugitivos del régimen iraquí, lo que fue negado por el Gobierno de Damasco.

Las fuentes militares señalaron que Mahmud está dando información sobre los supuestos programas de armas de destrucción masiva de Irak, el principal argumento del Gobierno de EEUU para justificar la guerra, pero de los que hasta ahora no se encontró nada. El presidente estadounidense, George W. Bush, atribuyó ayer ese fracaso a que los centros de investigación y almacenamiento de armas de destrucción masiva en Irak fueron destruidos antes de la caída del régimen de Sadam.

«En los días finales del régimen, los documentos y los presuntos lugares de las armas fueron saqueados y quemados», afirmó Bush en su discurso radiofónico de los sábados. EEUU y el Reino Unido lanzaron la guerra contra Irak el 20 de marzo y Bagdad cayó el 9 de abril, pero hasta ahora no se han encontrado armas de destrucción masiva en ese país o pruebas concluyentes de que las hubiera.

Pero Bush insistió en que esos programas existían: «Todos los que conocen la historia del dictador coinciden en que poseía armas químicas y biológicas y que usó armas químicas en el pasado». «Estamos decididos a descubrir el auténtico alcance de los programas de armas de Sadam Husein, sin importar el tiempo que haga falta», dijo, y aunque mencionó que los soldados de EE UU continúan arriesgando sus vidas para asegurar la liberación de Irak», no mencionó el aumento de los ataques de la resistencia armada.