TW
0

EFE-TIFLIS
Numerosos incidentes y hasta el descubrimiento de un supuesto intento de golpe de Estado salpicaron ayer las elecciones legislativas en Georgia y amenazan con desestabilizar la frágil situación en esta república caucásica.

Según el ministro, partidarios del depuesto presidente Zviad Gamsajurdia se preparaban para «atacar con granadas las colas de electores» y «minar los accesos de la residencia» del presidente Eduard Shevardnadze.

Tras dos meses de advertencias oficiales sobre posibles brotes de violencia y de la oposición sobre eventuales fraudes, la jornada electoral se desarrolló con numerosos incidentes, que culminaron alguno de ellos con la entrada de tropas en zonas conflictivas.

El ministro de Seguridad del Estado, Valeri Jaburdzhania, provocó la sorpresa al anunciar la desarticulación de un golpe de Estado con un escenario sangriento.

Como prueba presentó un arsenal de explosivos, suficiente para volar «tres puentes en Tiflis», numerosas granadas y lanzagranadas y cajas de municiones. Pero reconoció que, aunque se busca a los «golpistas», no se detuvo a nadie, con lo cual los periodistas se quedaron sin entender cómo el ministro se enteró de los sanguinarios detalles del plan de la asonada de los partidarios de un presidente derrocado que murió hace ocho años.

Pero la inesperada conferencia de prensa fue convocada con urgencia en momentos cuando se movilizaban las tropas antidisturbios en tres ciudades.

Se trataba de Zugdidi, baluarte de los «gamsajurdistas»; la antigua capital georgiana Mtsjeta, donde el candidato y ex jefe de la policía denunció ser víctima de fraude ya al mediodía; y en el centro industrial Rustavi, donde fue destrozado un colegio.