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El primer ministro israelí, Ariel Sharon, se opuso ayer en Moscú a que el Consejo de Seguridad de la ONU respalde mediante una resolución el plan de paz para la crisis de Oriente Medio conocido como la Hoja de ruta. Sharon mismo dijo a un grupo de periodistas israelíes que había expuesto esta postura de su país durante la reunión mantenida ayer en el Kremlin con el presidente ruso, Vladímir Putin.

En vísperas de la visita de Sharon, Moscú presentó al Consejo de Seguridad de la ONU un proyecto de resolución para que ese organismo haga suya la Hoja de ruta, trazada por el cuarteto de mediadores internacionales (Estados Unidos, Rusia, la ONU y la Unión Europea).

Sharon dijo a la prensa israelí que su reunión con Putin duró unas tres horas y que él ha explicado al líder ruso las razones por las que Tel-Aviv se opone a la iniciativa del Kremlin. El político israelí dijo que su país está dispuesto a «hacer concesiones en aras de la paz», pero no en los casos en que puede verse afectada la seguridad de los ciudadanos y del Estado mismo.

También insistió en que Israel sigue considerando al líder palestino, Yaser Arafat, como «un obstáculo en el camino de la paz», y exigió que Rusia incluya en la lista de organizaciones terroristas a los grupos radicales palestinos, incluido Hizbulá, grupo de inspiración iraní que tiene sus bases en el sur del Líbano.

Rusia defiende «una participación más amplia y eficaz de la comunidad internacional para superar la crisis palestino-israelí», lo que en su opinión podría incluir «el despliegue en la zona del conflicto de observadores internacionales o fuerzas de paz que ayuden a las partes a cumplir».