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El hombre más rico de Rusia, Mijail Jodorkovski, acusó ayer el golpe que le lanzó la Fiscalía General de este país y anunció su abandono de la presidencia de Yukos, la mayor petrolera rusa. Desde su celda en la prisión Matroskaya Tishiná, Jodorkovski anunció su dimisión como presidente de la junta directiva de la petrolera debido al acoso judicial que Yukos viene sufriendo desde hace cuatro meses.

El presidente ruso, Vladímir Putin, destituyó el 31 de octubre al jefe de su Administración, Alexandr Voloshin, contrario a ese acoso judicial que finalmente llevó al encarcelamiento de Jodorkovski. La oposición liberal enmarcó la detención del magnate en una campaña del Kremlin destinada a cortar de raíz las ambiciones políticas de Jodorkovski, en particular, y de cualquier empresario, en general.

«Me voy de la compañía. Estoy seguro de que el equipo unido de ejecutivos de alta profesionalidad, con apoyo del consejo de directores, podrá cumplir con éxito la tarea de universalizar los negocios de Yukos-Sibneft», dijo en un comunicado.

El empresario, encarcelado el pasado 25 de octubre, se había reunido ayer con su abogado, Antón Drel, para estudiar la estrategia de su defensa ante la Fiscalía General de Rusia, que lo acusa de evasión fiscal, fraude a gran escala y falsificación. La detención y encarcelamiento de Jodorkovski, así como el posterior embargo del paquete de control de las acciones de Yukos, ha provocado un gran escándalo en Rusia, con desplomes en la bolsa y repercusiones políticas en el propio Kremlin.