Estudiantes de la Universidad de Bagdad protestaron ayer contra la ocupación de EEUU.

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FRANCE PRESS/EFE-BAGDAD
El máximo representante de Naciones Unidas en Irak, Ramiro Lopes da Silva, y el encargado de la seguridad en el organismo, Tun Myat, han sido relevados temporalmente de sus funciones en espera de que se revisen los errores cometidos que permitieron que se produjera el sangriento atentado en agosto contra la sede de la ONU en Bagdad, según dijo ayer Stéphane Dujarric, portavoz del organismo.

Sobre el terreno, cinco civiles iraquíes murieron ayer por disparos de soldados de EEUU en la ciudad de Diloiya, a unos 80 kilómetros al norte de Bagdad, informaron testigos presenciales. Horas después, se anunció en Londres que un soldado británico murió en Irak el pasado viernes, tras ser alcanzado por «fuego enemigo» en una operación.

El secretario general de la ONU, Kofi Annan, nombró ayer a un equipo de expertos para que revisen todos los fallos de seguridad que pudieron favorecer el atentado. El viernes pasado, Annan se comprometió a mejorar las medidas de seguridad después de recibir fuertes críticas contra la organización por la falta de medidas que facilitaron la posibilidad de un atentado que se cobró 22 muertos el pasado 19 de agosto, entre ellos Sergio Vieira de Mello, el predecesor en el cargo de Lopes da Silva.

Un equipo independiente de investigación publicó un informe en el que reprocha tanto a los dirigentes de la ONU en Bagdad como a los que se encuentran en Nueva York de ser incapaces de prevenir los riesgos que existían en Irak e incluso de haber incumplido muchas normas de seguridad que ya existían.