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El Gobierno francés ha acogido con gran escepticismo las supuestas nuevas exigencias de los secuestradores de los dos periodistas galos en Irak, a la vez que ha reafirmado su confianza en un desenlace «favorable».

Los autores del comunicado advirtieron contra todo nuevo «bombardeo» como ocurrió «el día en que planeaban entregar a los rehenes», en una aparente alusión a la ofensiva lanzada por las tropas estadounidenses e iraquíes a finales de la semana pasada contra la localidad de Latifiya, plaza fuerte de la resistencia suní, al sur de Bagdad, en una región donde podrían estar los periodistas Christian Chesnot y Georges Malbrunot.

En una nota en internet del «Ejército Islámico en Irak-Mando Supremo», se da un plazo de 48 horas a Francia para pagar un rescate de cinco millones de dólares. También para comprometerse a no concluir acuerdos militares o comerciales con el nuevo Gobierno iraquí, y para aceptar la tregua que el jefe de Al Qaeda, Osama Bin Laden, propuso a los países europeos el pasado abril.

Según la tregua de Bin Laden, los países que retiraran sus fuerzas de los países musulmanes, como Afganistán o Irak, no sufrirían atentados. Francia, que abanderó la oposición a la intervención de Estados Unidos en Irak, no tiene tropas en ese país, pero sí las tiene en Afganistán.

Preguntado por el comunicado, el primer ministro francés, Jean-Pierre Raffarin, dijo en la emisora «RTL»: «siempre tomamos estas informaciones con seriedad», pero la nota «inspira mucho escepticismo» a los expertos y su autenticidad «de momento» no ha sido constatada. Al mismo tiempo, aseguró que «nada hoy pone en entredicho la confianza que tenemos en un desenlace favorable», si bien matizó: «el caos en Irak nos impone la máxima prudencia».