El informe interno de la ONU se hizo público mientras Kofi Annan visitaba Londres.

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La investigación interna realizada en torno al programa humanitario en Irak ha confirmado la existencia de casos de corrupción en la ONU, así como graves errores de control y administración que requieren una urgente reforma. Así figura en un avance del informe que mañana presentará el ex presidente de la Reserva Federal de EEUU Paul Volcker, el hombre a quien la ONU encargó, hace más de un año, investigar la presunta existencia de corrupción y fraude en la ONU.

Pero el problema vino por el excesivo tamaño que adquirió esta experiencia humanitaria, lo que acabó desbordando a la ONU, incapaz de controlar la venta de petróleo. El resultado fue la proliferación de casos de denuncias de «malgasto, ineficiencia y corrupción, incluso dentro de las Naciones Unidas».

Volcker señala que el programa humanitario, que llegó a mover 64.000 millones de dólares, fue ineficaz y «corrupto», y que de él sacaron provecho, no sólo funcionarios de la ONU, sino también empresarios de varios países y el propio régimen del presidente iraquí derrocado Sadam Husein. «Petróleo por Alimentos» fue ideado a mediados de los años 90 para aliviar la situación de la población iraquí en los años más duros del embargo impuesto por la ONU a Irak después de su invasión de Kuwait en 1990.

Así, se permitió al gobierno de Husein, bajo la supervisión de la ONU, vender petróleo en los mercados internacionales a cambio de que invirtiese los recursos en comprar bienes de primera necesidad y en reparar infraestructuras. Para la comisión de Volcker, el programa obtuvo logros reales, porque permitió alimentar a buena parte de la población iraquí.

«Muchas de estos rumores fueron exagerados, pero muchos -demasiados- resultaron ser ciertos», asegura el informe de Volcker, que ya ha puesto en manos de la Justicia el caso de dos altos funcionarios, entre ellos el propio director del programa, Benon Sevan. Esta situación no sólo viola los principios de la organización, sino que pone en evidencia al Consejo de Seguridad y a la Secretaría General, por lo que se debe acometer una amplia reforma para evitar que se repitan, asegura Volcker en su escrito.