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EFE/AFP-RANGÚN Miles de personas desfilaron ayer por Rangún para apoyar a la Junta Militar de Birmania (Myanmar), la primera manifestación de este tipo celebrada en la antigua capital desde la brutal respuesta del régimen a las protestas opositoras.

La marcha, en la que tomaron parte más de 100.000 personas, según las autoridades birmanas, 10.000 según fuentes de la disidencia, estaba convocada por la Organización para la Solidaridad y la Unión Nacional, que responde a las órdenes del Ejército. Según fuentes disidentes, algunos de los manifestantes había recibido 80 céntimos de dólar para expresar su apoyo en la calle al régimen dictatorial.

El acto transcurrió en medio de la lluvia en un área al noreste de Rangún que había sido cerrada al tráfico por camiones militares, y en ella se pudo ver a gran número de monjes, según las imágenes ofrecidas por las cadenas tailandesas.

Los participantes lanzaron gritos contra los medios de comunicación extranjeros, como la cadena británica «BBC», y contra los «elementos internos» que socavan la unidad nacional y están al servicio de los países occidentales.

Esos eslóganes siguen la repetida tesis de la Junta Militar, que el jueves apuntó que la «BBC» y las radios «Voz de América» y «Free-Asia» (RFA) estuvieron tras las manifestaciones encabezadas por decenas de miles de monjes budistas.

Se trata del primer acto multitudinario en defensa de los militares ocurrido en Rangún desde la violenta respuesta del régimen a las protestas opositoras, aunque ya se han celebrado similares en otras partes del país con parecidas consignas.

La concentración coincide con la reacción al comunicado de la ONU por parte de la Junta Militar, que hoy lamentó la declaración del jueves del Consejo de Seguridad de la ONU, que «deploró con firmeza» la represión contra las marchas por la democracia.

La Junta Militar, por medio del rotativo La Nueva Luz de Myanmar, su órgano de propaganda, consideró también que la actual situación en Birmania «no representa una amenaza para la paz y seguridad nacional», a la vez que se comprometió a proseguir su propio «mapa de ruta» hacia la democracia.