Los dos mandatarios, George W. Bush y Vladimir Putin, en el almuerzo celebrado tras la finalización de la cumbre de la OTAN. Foto: EFE/ SORIN LUPSA

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El presidente ruso, Vladimir Putin, calificó ayer de «amenaza directa» la expansión de la OTAN hacia sus fronteras, aunque dio por imposible la resurrección de la Guerra Fría, en un tono inusualmente amistoso y cooperativo. «Vamos a ser amigos, chicos, y comprometámonos en un diálogo franco y abierto», animó Putin a los aliados en una rueda de prensa celebrada al concluir el Consejo OTAN-Rusia, al que acudió por primera vez desde su creación hace seis años.

Todos los testimonios coinciden en que durante la reunión a puerta cerrada con los veintiséis socios de la Alianza, el que pronto será ex presidente ruso fue «duro, pero no combativo» y se despidió de los líderes con agradecimientos y asegurando que durante sus ocho años de mandato lo ha hecho «lo mejor que ha podido» en política internacional. Su homólogo estadounidense, George Bush, que también acaba en unos meses su mandato, le agradeció «el tiempo pasado juntos» antes de reconocer que «algunos pensarán que los dos somos viejos lobos de mar». «La Guerra Fría ha terminado: creo sinceramente que Rusia no es el enemigo», remachó a continuación Bush.

Positivo
Putin consideró el encuentro de noventa minutos como «positivo», y contradijo con su tono a quienes preveían una última actuación tormentosa en la arena internacional, máxime cuando ayer se aprobó la entrada en la OTAN de Albania y Croacia y se prometió la futura adhesión de Ucrania y Georgia. Pero el político ruso destacó que tenía la impresión de que los aliados le habían escuchado cuando defendió que Rusia ha aplicado unilateralmente las disposiciones sobre reducción de fuerzas convencionales contenidas en el Tratado revisado, mientras que los Aliados ni siquiera lo han ratificado.

En el capítulo de reproches, ruso criticó ante los aliados, según fuentes conocedoras de la reunión, que «algunos países de la OTAN han demonizado a Rusia y han hablado de sus ambiciones imperiales». Putin insistió en que no hará concesiones a Occidente a expensas de su propia seguridad, y cuestionó la existencia de la OTAN en la era post-soviética.