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EFE-ASUNCIÓN Con la elección del ex obispo católico Fernando Lugo como próximo presidente de Paraguay, los gobiernos de izquierda se afianzan en Sudamérica, con la excepción del colombiano Alvaro Uribe.

Además, la quiebra de 61 años de hegemonía del Partido Colorado, el más antiguo en el ejercicio del poder en América Latina, supondrá el encuadre de Paraguay entre los gobiernos de izquierda del resto de los países que en 1991 fundaron el Mercosur: Argentina, Brasil y Uruguay.

Lugo, de 56 años y suspendido «a divinis» por el Vaticano, en 2006, tras renunciar a su estado clerical antes de lanzarse a la política, admitió ayer que la Alianza Patriótica para el Cambio (APC), la coalición que le llevó al triunfo, se enmarca en ese auge de la nueva izquierda latinoamericana.

«Por la conformación de la Alianza en cierto aspecto sí; allí hay aspectos, partidos y movimientos de izquierda en relación explícita con los gobiernos progresistas de América Latina», afirmó a un grupo de periodistas de medios españoles. ¡Aclaró, sin embargo, que en la coalición cohabitan grupos de ideologías antagónicas como el centenario Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA, centroderecha), segunda del país, y el Movimiento Popular Tekojojá o el Partido del Movimiento al Socialismo (P-MAS), los más combativos del grupo de izquierda que le apoya.

Destacó que los sectores más conservadores de la Alianza, que tendrá el poder en Paraguay a sus ocho meses de existencia, también «tienen sus posturas firmes, tienen convicciones en relación a los otros gobiernos de América Latina».

Si bien se declara de centro como el «poncho juruícha» (centro del poncho), como gusta definirse en guaraní para dar a entender que no transita por los extremos, Lugo no ha ocultado su admiración por los gobierno de Hugo Chávez, Evo Morales, Tabaré Vázquez, Michelle Bachelet o Cristina Kirchner.

También le sitúan en la línea de Luiz Inacio Lula da Silva, aunque si bien estuvo con el gobernante brasileño durante la campaña electoral mantiene cierta reserva debido a las reclamaciones que pregona sobre el aumento de los beneficios que Paraguay recibe de hidroeléctrica binacional de Itaipú.