Un carruaje de la comunidad Amish pasa cerca de un rótulo que indica dónde se halla uno de los colegios electorales en Pensilvania. Foto: C. KASTER/AP

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MACARENA VIDAL-WASHINGTON

Los aspirantes presidenciales demócratas Hillary Clinton y Barack Obama se enfrentaron ayer en las primarias de Pensilvania, en las que la senadora por Nueva York, favorita en las encuestas, necesita una victoria clara para mantener sus esperanzas. La participación en los 1.100 colegios electorales de Pensilvania, abiertos desde las 7.00 horas locales, se desarrolló a buen ritmo.

«Está siendo una avalancha», declaró David Lipson, un supervisor demócrata, en el distrito de Upper Merion Township al periódico «Philadelphia Inquirer». Los colegios electorales tienen previsto su cierre a las dos de esta madrugada en este estado que llevará 158 delegados a la convención demócrata en Denver en agosto. Las últimas encuestas dan a Hillary Clinton como favorita en unos comicios en los que hace seis semanas aventajaba en veinte puntos a su oponente pero que Obama ha reducido a entre cinco y diez.

Clinton, que va por detrás de su rival en los resultados totales tanto en número de votos como en número de delegados comprometidos para la convención de Denver, necesita un triunfo claro en Pensilvania para mantener viva su campaña. Una victoria por encima de los diez puntos le daría un importante impulso para las nueve primarias restantes y, con él, la posibilidad de convencer a los «súper delegados» (funcionarios y notables del partido que votan en la convención al candidato que prefieren) de que ella es la aspirante con más ventaja para derrotar al candidato republicano, John McCain, en las presidenciales de noviembre. Por el contrario, una victoria ajustada, o un triunfo por sorpresa de Obama, dejaría al senador por Illinois en una magnífica posición para las siguientes primarias y multiplicaría los llamamientos en el seno del Partido Demócrata para que Clinton retirara su candidatura.

En declaraciones al programa «Today» de la cadena NBC, la ex primera dama aseguró que seguirá con su campaña, pase lo que pase en Pensilvania, e insistió en que una victoria siempre es relevante, sea por el margen que sea.

«No me parece que el margen importe. Lo que importa es que aún quedan un montón de comicios. Esta es una carrera muy reñida y no son sólo las cifras lo que cuentan», declaró. Además, Clinton advirtió a Teherán de que si ella fuera la presidenta de Estados Unidos podría «destruir totalmente» a Irán en respuesta a un ataque nuclear contra Israel.

Por su parte, Obama ha admitido que es difícil que logre una victoria sorpresa en este estado, con una fuerte población de clase media baja y trabajadora que tradicionalmente favorece a Clinton. En declaraciones a la cadena CBS, el senador por Illinois reconoció que «hemos recortado la ventaja (de Clinton) pero nuestra opinión siempre ha sido que aquí no somos los favoritos... Creo que ella es la gran favorita».