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EFE-BOGOTÀ Las autoridades colombianas no alteraron o modificaron el contenido de los tres ordenadores decomisados tras el bombardeo de marzo contra el campamento del segundo al mando en las FARC, «Raúl Reyes», en Ecuador, informó ayer en Bogotá la Interpol. El secretario general de la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol), Ronald Noble, aseguró que los expertos internacionales que analizaron los equipos «no descubrieron evidencia» sobre una eventual intervención indebida en ellos.

«Interpol concluye que no hubo ningún tipo de alteración, repito, ninguna alteración de los datos de la evidencia computacional», puntualizó Noble al presentar ante la prensa en Bogotá los resultados del trabajo de «informática forense» que su organismo realizó a petición del Gobierno del presidente colombiano, Àlvaro Uribe.

Noble entregó el informe en la sede del Ministerio de Relaciones Exteriores, acompañado por los directores de la Policía Nacional, el general Óscar Naranjo, y del Departamento Administrativo de Seguridad, María del Pilar Hurtado, y con la presencia, como testigos, del canciller Fernando Araújo y el fiscal general, Mario Iguarán.

El secretario general de la Interpol explicó que el objeto de los exámenes fueron tres ordenadores portátiles, tres unidades de memoria USB y dos discos externos, y que los expertos les dedicaron 1.000 horas de trabajo.

Esos ocho elementos contenían en conjunto «más de 600 gigas de datos, 37.862 documentos escritos, 452 hojas de cálculo, 210.888 imágenes, 22.481 páginas web, 7.989 direcciones individuales de correo electrónico, 10.537 archivos de multimedia de sonido y vídeo, 983 archivos encriptados», destacó Noble, que observó que es un volumen que puede ocupar 39'5 millones de páginas informáticas. «Tomaría más de 1.000 años leer todos los datos a razón de 1.000 páginas por día», añadió Noble.

Asimismo, destacó que la tarea sobre los 983 archivos encriptados exigió mucho esfuerzo a los expertos, que «enlazaron las diez computadoras simultáneamente, operando 24 horas al día durante dos semanas (...) para poder desencriptar estos archivos».

Ellos «produjeron lo que se debe reconocer como un reporte completo, independiente y extraordinariamente detallado», consideró Noble, que insistió en que los forenses «no descubrieron evidencia de modificación, alteración, adición o borrado.