El Endeavour puso hoy punto final, con su aterrizaje nocturno en el Centro Espacial Kennedy, en Florida, a una misión de 14 días a la Estación Espacial Internacional (EEI), la penúltima que realizará antes de que se retiren los transbordadores.
El Endeavour tomó tierra, tal y como estaba previsto, a las 22,20 hora local (4,20 hora española), aunque el riesgo de mal tiempo y de lluvias y nubes bajas había amenazado con derivar su llegada hacia la base aérea Edwards, en California.
Finalmente no fue necesario alterar los planes, y el transbordador pudo tomar tierra en el centro Kennedy tras constatar la NASA que la situación meteorológica era «más estable de lo que se había anticipado».
«Bienvenidos a casa y felicidades por esta excelente misión», dijo el control de la NASA a los seis tripulantes del Endeavour, que regresan a la Tierra tras haber instalado en la Estación Espacial Internacional un nuevo compartimento, dotado con un mirador acristalado.
En esta misión viajaban el comandante de la nave George Zamka, de origen colombiano, acompañado por el piloto Terry Virts, y los especialistas Nicholas Patrick, Robert Behnken, Stephen Robinson y Kathryn Hire.
Con el regreso del Endeavor, el fin de la era de los transbordadores está ahora más cerca, dado que sólo quedan cuatro misiones pendientes. A partir de finales de 2010, el avituallamiento de la EEI se realizará a través de las naves Soyuz de Rusia.
El próximo 5 de abril está previsto que salga hacia la EEI el Discovery, el 14 de mayo lo hará el Atlantis, el 29 de julio de nuevo el Endeavour, y el 16 de septiembre el Discovery.
La misión que acaba de concluir el Endeavour ha servido para llevar e instalar en la EEI un nuevo módulo, el Tranquility, de construcción europea y dotado de un pequeño lujo, un mirador panorámico con una vista privilegiada hacia la Tierra y el Espacio.
Para completar estos trabajos han sido necesarios tres caminatas espaciales, de seis horas y media de duración cada una de ellas, en las que los astronautas trabajaron para completar las conexiones de la calefacción y los cables de transmisión de datos que unen la cabina de mando del complejo con el módulo Tranquility.
También instalaron y dejaron en funcionamiento los dos circuitos de amoníaco para permitir que el fluido refrigerante circule a través del Tranquility.
En la segunda caminata, cuando uno de los tripulantes del Endeavour, Nicholas Patrick, procedía a establecer los conductos de refrigeración del módulo, se registró una pequeña fuga de amoníaco, que no contaminó su escafandra.
En la tercera caminata, los astronautas pudieron finalmente retirar el aislamiento térmico de las siete ventanas de la cúpula y aflojaron los pernos que sostenían las cubiertas en el despegue, lo que permitió a los astronautas abrir «las cortinas» desde el interior del mirador.
El Tranquility ha añadido al complejo orbital un volumen de 800 metros cúbicos y nueve dormitorios, además de la cúpula, que está formada por seis ventanas a los lados y una en su extremo superior.
«Tendremos la panorámica más espectacular de la Tierra que nadie haya podido tener jamás desde el interior de la estación», dijo durante la misión Stephen Robinson, otro de los tripulantes.
La Estación Espacial Internacional, que orbita la Tierra a casi 400 kilómetros de altura, ha quedado completada en un 90 por ciento después de la instalación del nuevo módulo.
El Tranquility se ha unido a los otros módulos que están en pleno funcionamiento en la estación espacial, entre ellos el laboratorio científico Destiny, el compartimiento Quest y los módulos Unity y Harmony.
El diez por ciento restante deberán concluirlo las cuatro siguientes misiones de los transbordadores.
Actualmente se encuentra en la plataforma orbital la expedición número 22, integrada por el comandante de la misión, el estadounidense Jeff Williams, su compatriota Timothy Creamer, los cosmonautas rusos Maxim Suráyev y Oleg Kotov y el nipón Soichi Noguchi.
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