El ministro canadiense de Medio Ambiente, durante su comparecencia en el Parlamento. | CHRIS WATTIE

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Canadá se convirtió ayer en el primer país que se retira del Protocolo de Kioto tras su ratificación, un día después del fin de la cumbre de Durban, ante la imposibilidad de cumplir con sus compromisos y mantener el desarrollo de sus yacimientos petrolíferos.

«Invocamos nuestro derecho legal para retirarnos formalmente de Kioto», anunció el ministro de Medio Ambiente de Canadá, Peter Kent, recién llegado de la ciudad surafricana de Durban, donde se celebró la cumbre de la ONU sobre el cambio climático.

Kent justificó la decisión porque Canadá no cumplirá en 2012 con la reducción de emisiones acordada en el tratado, un 6% por debajo de las de 1990, y para evitar «la transferencia a otros países» de 14.000 millones de dólares canadienses (10.300 millones de euros).

Aumento de emisiones

Kent insinuó que esa cifra es la cantidad que Canadá tendría que pagar en multas en caso de permanecer en Kioto y a la vista de que en mayo, su departamento calculó que a finales de 2012 las emisiones serán un 28,8% superiores a las del año 1990.

Según el artículo 27 del Protocolo de Kioto, los países que lo han ratificado tienen que comunicar por escrito la retirada un año antes de la finalización del periodo de cumplimiento, por lo que Ottawa tenía hasta el 31 de diciembre para anunciar su decisión.

Kent señaló durante una rueda de prensa que «el Protocolo de Kioto no representa el camino hacia adelante para Canadá», y el acuerdo negociado a finales de la década de los años noventa representa un «impedimento» para luchar contra el cambio climático.