Imagen de la princesa Diana de Gales. | RICK RYCROFT - STR - AP - AP

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Tal día como hoy, hace quince años, el mundo se conmocionó con la noticia de la muerte de Lady Di, en un accidente de tráfico en el paso subterráneo de la Plaza del Ama, en pleno centro de París.

Diana, princesa de Gales (Norfolk, 1961) fue la primera esposa del príncipe Carlos, heredero de la corona británica, con el que tuvo dos hijos, los príncipes Guillermo y Enrique.

El 29 de julio de 1981 contrajo matrimonio en la Catedral de San Pablo de Londres con Carlos de Gales. Todas las casas reales asistieron al enlace, con la excepción del monarca español Juan Carlos I, que declinó la invitación ya que el viaje de novios de la pareja incluía una escala en Gibraltar. Tras el matrimonio, Lady Diana se convertiría en Su Alteza Real la princesa de Gales, y se hizo muy popular tanto por sus colaboraciones en obras humanitarias como por su imagen carismática en los medios de comunicación de, sobre todo, los países occidentales.

La relación con su esposo empezó a resquebrajarse a fines de la década de los 80 en forma pública y finalmente a inicio de los 90 el distanciamiento entre los cónyuges era evidente. En 1992 el matrimonio se separó de hecho, situación que terminó en divorcio el 28 de agosto de 1996. Diana perdió el tratamiento de ‘Alteza Real’, pero conservaría el título de ‘Princesa de Gales.

En 1995, Diana ofreció una entrevista a la cadena pública BBC, y confesó haber sufrido bulimia, el acoso diario de fotógrafos y periodistas y la falta de apoyo por parte de la familia real, así como las infidelidades de su marido y el hecho de que durante su matrimonio había estado involucrada una tercera persona (en clara referencia a Camilla Parker). También habló de la necesidad por parte de la realeza británica de una mayor cercanía a la gente, de una relación más profunda con la ciudadanía.