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El Parlamento griego votó hoy por una clara mayoría la convocatoria de un referéndum sobre las medidas propuestas por los acreedores internacionales a cambio del desembolso del rescate, en una jornada en la que en Bruselas los socios rechazaron conceder una nueva prórroga.

Tras un debate de más de catorce horas, que vivió momentos de extrema tensión, la solicitud fue aprobada por 178 votos a favor, 129 en contra y ninguna abstención.

El primer ministro, Alexis Tsipras, pidió a la ciudadanía pronunciarse con un claro 'no' en el referéndum del próximo domingo, pero al mismo tiempo prometió seguir estando dispuesto a llegar a un acuerdo.

«Nuestra intención de obtener un compromiso de honor estará siempre sobre la mesa», dijo Tsipras, quien afirmó que un rotundo 'no' a las propuestas de los prestamistas fortalecería posteriormente la posición negociadora del Gobierno.

La decisión sobre el referéndum «no constituye una ruptura con Europa, pero sí rompe con las tácticas que ofenden a Europa», aclaró.

Tsipras tuvo palabras especialmente duras para el Fondo Monetario Internacional (FMI), como el responsable de las exigencias más inaceptables para Grecia, como por ejemplo «trasladar la carga» del ahorro sobre los pensionistas.

Criticó igualmente la insistencia del FMI en querer aumentar el IVA sobre los hoteles hasta el 23 %, frente al 6,5 % actual (el Gobierno había propuesto un 13 % como fórmula de compromiso), lo que hubiera asestado un duro golpe al sector más competitivo de la economía griega.

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El líder de la oposición, el conservador Andonis Samarás, aseguró que en el referéndum no se plantea dar un'sí' o 'no' a la austeridad como plantea indirectamente el Gobierno sino 'sí' o 'no' al euro.

«La propuesta de referéndum arrastra al país fuera de Europa», subrayó el líder de Nueva Democracia y ex primer ministro Samarás, quien describió la consulta como una «parodia» de un Gobierno que esconde su fracaso detrás de este plebiscito y que ha conducido al país a la «quiebra» y al «suicidio».

Por su parte, la líder de los socialdemócratas del Pasok (el partido que dirigió con los conservadores el último Gobierno), Fofi Genimatá, acusó al Gobierno de estar conduciendo Grecia hacia la ruptura con Europa y emplazó al Ejecutivo a dimitir.

La votación se celebró mientras en Bruselas los ministros de Finanzas de la eurozona decidían no conceder a Grecia la prórroga del rescate por unas semanas, solicitada por Tsipras para permitir a los ciudadanos votar «sin presiones».

Pese a dar por finalizadas por parte de Grecia las negociaciones y excluir al ministro de Finanass griego, Yanis Varufakis, de una segunda reunión «informal», el mensaje principal fue que en todo caso Grecia sigue siendo un miembro de la eurozona.

Tsipras calificó la exclusión de un miembro del Eurogrupo de una reunión como «un día negro» en la historia de la eurozona.

Los próximos días demostrarán si Grecia acaba en impago, como todo indica en estos momentos, o si surgen posibilidades de acuerdo de último momento.

Varufakis afirmó que si en los próximos días se lograba un compromiso, el Gobierno solicitaría en el referéndum el 'sí' a ese acuerdo.