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Las autoridades del «Land» de Renania del Norte-Westfalia insistieron este jueves en que están abiertas todas las vías de investigación sobre el atentado contra el Borussia Dortmund, después de que la Fiscalía federal no haya hallado pruebas que impliquen en el ataque al único detenido, un islamista iraquí.

«No puede descartarse que la autoría corresponda a aficionados violentos al fútbol», afirmó el ministro del Interior de ese estado federado, Ralf Jäger, quien ya ayer había apuntado tanto a esa hipótesis como a extremistas de izquierda o de derecha, así como a islamistas.

Jäger añadió que persiste el peligro de otro atentado, recordó que todo apunta a que los autores del ataque siguen libres y destacó también que el material explosivo utilizado era «de una potencia enorme».

El ministro regional hizo estas declaraciones tras una reunión de la comisión de Interior de la cámara regional renana, centrada en el ataque con tres artefactos explosivos contra el autobús del Dortmund ocurrido el martes, cuando el equipo se dirigía al estadio para enfrentarse al Mónaco en partido de Liga de Campeones.

Resultaron heridos el futbolista español Marc Bartra, operado de una fractura en el radio, y un policía que escoltaba el vehículo.

La Fiscalía federal alemana pidió hoy prisión para el iraquí detenido ayer tras ese ataque, ya que presuntamente combatió en las las filas del Estado Islámico (UE) en Irak, aunque admitió que por el momento no ha hallado ninguna pista que lo relacione con el atentado.

En un comunicado, la Fiscalía explicó que el hombre, identificado como Abdul Beset A., de 26 años, está acusado de haber sido miembro de EI, al menos hasta 2014, y de haber mantenido el contacto con miembros del grupo terrorista en Alemania, a donde llegó a comienzos del año pasado.

«El acusado fue detenido ayer temporalmente en relación con el atentado al autobús del equipo de fútbol Borussia Dortmund. Las investigaciones no han arrojado por el momento ninguna pista de que el acusado participara en el atentado», reconoció.

La Fiscalía había informado este miércoles de que investigaba como un atentado «terrorista» el ataque contra el autobús y que las fuerzas de seguridad tenían en su punto de mira a dos sospechosos del «espectro islamista», aunque sólo se detuvo a Abdul Beset A.

La principal pista sobre un trasfondo yihadista son los tres textos iguales hallados en el lugar de los hechos, en los que se pedía a Alemania que retirara sus aviones Tornado de la misión de Siria y cerrar la base aérea estadounidense de Ramstein (suroeste).

La Fiscalía explicó que en una página de internet de extrema izquierda también se ha reivindicado el ataque, pero precisó que hay «dudas considerables» sobre la veracidad de ese mensaje.