Varias zonas todavía no han recobrado la normalidad y siguen los desescombros. | Reuters

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Las lluvias torrenciales que azotaron los últimos días el oeste de Japón causaron la muerte de 224 personas y 17 continúan desaparecidas, según el último informe oficial de víctimas.

El portavoz del Gobierno de Japón, Yoshihide Suga, recordó en una rueda de prensa que las prefecturas más afectadas son las de Ehime, Okayama y Hiroshima, en el oeste de Japón.

Las lluvias azotaron la región a partir del 6 de julio y todavía se encontraban en la zona 55.000 efectivos de las Fuerzas de Autodefensa (ejército), la policía y los bomberos, además de voluntarios.

«Hay que tener mucho cuidado con el calor que hace en la zona», explicó el portavoz.

Las lluvias, las peores desde 1982, dañaron miles de viviendas, destruyendo 160 y dejando otras 200.000 sin suministro de agua durante más de una semana.

Todavía hay zonas anegadas por las inundaciones y el terreno se encuentra en mal estado debido a derrumbamientos y aludes de barro, lo que está complicando el acceso a carreteras y, por tanto, las labores de búsqueda de desaparecidos y la asistencia a los evacuados.

También ha añadido dificultad la ola de calor que vive el país, y que en los últimos días se ha cobrado la vida de 14 personas.

Las temperaturas superaron este lunes los 39 grados en algunas zonas del interior y se combinaron con una alta humedad, lo que provocó condiciones peligrosas, según la Agencia Meteorológica Japonesa (JMA).