TW
0

Los favoritos a suceder a Theresa May al frente del Partido Conservador y el Gobierno británico, que oficializaron este lunes sus candidaturas a las primarias «tories», apuestan por renegociar los términos de salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE), a pesar de que Bruselas se ha negado hasta ahora.

Diez de los trece aspirantes que expresaron su intención de presentarse han logrado los avales necesarios para superar el primer corte en el proceso de elección del nuevo líder conservador.

A finales de la próxima semana, tras varias rondas de votos que comenzarán el jueves, los diputados de la formación habrán seleccionado a dos candidatos, que se someterán entonces a una elección entre los cerca de 160.000 afiliados del partido.

El exministro Boris Johnson, ferviente defensor de un Brexit duro, parte con ventaja en las encuestas para erigirse a finales de julio como ganador y heredar las llaves del número 10 de Downing Street, despacho oficial del primer ministro británico.

El titular de Medioambiente, Michael Gove, se sitúa como segundo favorito, aunque sus opciones han quedado condicionadas por la polémica que ha levantado al admitir que consumió cocaína en diversas ocasiones hace veinte años.

El responsable de Exteriores, Jeremy Hunt, y el antiguo titular del «Brexit» Dominic Raab, que como Gove son partidarios de pedir nuevas concesiones a la UE, están asimismo entre los rivales más serios del exalcalde de Londres.

Completan la lista de aspirantes el ministro de Interior, Sajid Javid; el de Sanidad, Matt Hancock; el de Desarrollo Internacional, Rory Stewart; la extitular de Trabajo Esther McVey, la antigua líder en los Comunes Andrea Leadsom y el diputado Mark Harper.

El próximo jefe de Gobierno del Reino Unido deberá enfrentarse al mismo problema que acabó obligando a dimitir a May: la ausencia de una mayoría parlamentaria para cualquiera de las hojas de ruta del «brexit» planteadas hasta ahora.

La Cámara de los Comunes ha tumbado en tres ocasiones el acuerdo al que llegó May, pero también ha descartado las propuestas de ejecutar un «brexit» sin pacto, detener el proceso de salida y convocar un segundo referéndum.

El próximo primer ministro llegará a Downing Street sin pasar por las urnas, por lo que la aritmética del Parlamento continuará siendo la misma.

Johnson, que lanzará su campaña oficial en los próximos días, sostiene que, si llega a ser primer ministro, exigirá a Bruselas que retire del acuerdo del «brexit» la polémica cláusula de salvaguarda para Irlanda del Norte, el principal obstáculo para que los Comunes ratifiquen el texto.

Para presionar a la UE, que ve esa salvaguarda como un punto imprescindible del pacto, Johnson ha amenazado con no pagar la factura de salida acordada hasta que haya «mayor claridad» sobre las demandas británicas.

Londres y Bruselas estimaron el año pasado que el Reino Unido debe pagar hasta el año 2064 en torno a 39.000 millones de libras (43.000 millones de euros) en concepto de compromisos ya adquiridos con el bloque, entre ellos las pensiones de los funcionarios comunitarios británicos.

Gove, segundo en las encuestas para suceder a May, ha defendido asimismo negociar arreglos «alternativos» a la salvaguarda norirlandesa, lo mismo que el tercer favorito, Hunt.

El ministro de Exteriores ha sugerido, además, que los líderes europeos pueden estar dispuestos a ceder en ese terreno.

«Han entendido que la salvaguarda no va a ser aprobada por el Parlamento (británico)», ha explicado Hunt, que asegura que la canciller alemana, Angela Merkel, le dijo durante las celebraciones del 75 aniversario del desembarco de Normandía que está dispuesta a estudiar «cualquiera de las soluciones» que proponga el Reino Unido.

Tanto Hunt como Gove han subrayado que su prioridad es tratar de materializar el «brexit» de forma pactada.

Johnson, sin embargo, insiste en que, si es primer ministro y la UE no quiere reabrir las negociaciones, sacará al Reino Unido del bloque con o sin acuerdo el próximo 31 de octubre, la fecha límite establecida para ratificar el pacto.

Los partidarios de un «brexit» abrupto se encuentran, no obstante, con el escollo de que el Parlamento podría vetar esa vía.

Raab, otro de los aspirantes, ha provocado polémica al proponer que el próximo primer ministro clausure la legislatura antes de la fecha límite para lograr que la Cámara de los Comunes esté cerrada el 31 de octubre y no pueda frenar un divorcio sin acuerdo.

En la misma línea, McVey ha sugerido que, si el Gobierno deja de presentar leyes enmendables en los días previos al «brexit», los diputados no tendrán instrumentos para evitar una ruptura no negociada.