Según testimonios difundidos este sábado por The Washington Post, Green jugaba como defensa para el equipo de fútbol americano de la Universidad Christopher Newport antes de sentir en los últimos años una profunda religiosidad y sufrir episodios de una posible paranoia.
Su hermano Brendan aseguró que el jueves, un día antes del incidente en Washington, Noah estaba gravemente enfermo en el apartamento que compartían en Virginia y del que salió después de enviarle un mensaje de texto.
«Lo siento, pero me voy a ir a vivir y a quedarme sin casa. Gracias por todo lo que has hecho. Te admiraba cuando era un niño. Me inspiraste mucho», escribió el joven muerto a su hermano.
Los allegados de Noah indicaron que éste achacó sus problemas a sus excompañeros de equipo y de habitación, a quienes acusó de drogarlo en 2019 con el medicamento sicotrópico Xanax, lo que le causó adicción a esta sustancia y síntomas de abstinencia. Sin embargo, un compañero de equipo indicó que esta versión no tenía que ver con la realidad.
Pero desde ese episodio y pese a que se mudó a su propio apartamento en Newport News, el joven siguió sufriendo alucinaciones, palpitaciones cardíacas, dolores de cabeza y pensamientos suicidas, relató su hermano Brendan, quien añadió que Noah se trasladó posteriormente a Indianápolis, según dijo inspirado por las drogas.
Ya en Indianápolis, el joven se quejó de que había gente entrando en su apartamento, lo que llevó a su hermano a visitarlo, y aunque el lugar parecía seguro, Brendan Green admitió que la mente de su hermano «no parecía estar bien».
Por su parte, la cadena Fox News difundió información sobre el perfil en Facebook del atacante, que fue retirado por la red social debido a su política sobre «personas y organizaciones peligrosas».
En su perfil --señaló Fox News--, Noah Green publicaba fotos y videos de los mítines de la agrupación negra Nación del Islam y se identificaba como «Seguidor de Farrakhan», en alusión a Louis Farrakhan, líder de ese grupo separatista negro fundado en 1935 por Elijah Muhammed.
«Mi fe es una de las únicas cosas que me ha conducido durante estos tiempos, y mi fe se centra en la creencia del Honorable Ministro Louis Farrakhan como Jesús, el Mesías, el último recordatorio divino entre nosotros», decía Green en su biografía, quien había perdido su trabajo recientemente.
Además, en su cuenta de Instagram culpó al Gobierno estadounidense de sus problemas y acusó a las agencias federales de hacer con él experimentos de control mental, señalaron distintas versiones periodísticas.
4 comentarios
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paranoia i religiositat són sinònims. En ple segle XXI creure amb amics imaginaris és anar enrera
Mas bien seria su fanatismo y su paranoia. No hay ninguna religion que apoye la violencia en ningun caso. Son los fanaticos los que tergiversan y manipulan las mentes de los seguidores mas radicales a su antojo e intereses.
Una paranoia religiosa
Dice "la religiosidad y la paranoia" . . . a saber cual de las dos le fundió su "agusanado" cerebro y le proporcionó la brillante idea y el cuchillo.