La investigación ordenada por el presidente, Joe Biden. | JONATHAN ERNST

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Una investigación llevada a cabo por la Inteligencia de Estados Unidos no ha podido determinar el origen del SARS-CoV-2, el virus que causa la COVID-19, y considera «plausibles» las hipótesis de la exposición natural a un animal infectado y la de la fuga de un laboratorio.

Un resumen no clasificado del informe, publicado este viernes después de la investigación ordenada por el presidente, Joe Biden, muestra que la Inteligencia está dividida entre las dos teorías, pero hay consenso en que las dos son «plausibles».

En concreto, cuatro agencias de la comunidad de Inteligencia y el Consejo Nacional de Inteligencia creen que «probablemente» el virus saltó de un animal a un humano.

Otra de las agencias ha mostrado una «confianza moderada» en que la primera infección con SARS-CoV-2 en un humano «probablemente» fue el resultado de un incidente en un laboratorio que «probablemente involucró experimentación, manipulación de animales o muestreo por parte del Instituto de Wuhan», recoge la cadena de televisión CNN. Otras tres agencias han señalado que no pueden posicionarse con ninguna de las dos teorías sin información adicional.

Si bien el informe no alcanza ninguna hipótesis concluyente, sí ha rechazado que la COVID-19 se desarrollara como un arma biológica y especifica que es «poco probable» que la enfermedad se diseñara genéticamente.

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La investigación aduce que necesitaría más información sobre los primeros días de la pandemia para proporcionar «una explicación más definitiva del origen de la COVID-19» y, en este sentido, ha señalado que la comunidad científica internacional «carece» de muestras clínicas o de una «comprensión completa de los datos epidemiológicos» de los primeros casos de la enfermedad.

En este contexto, ha criticado la falta de voluntad de China para cooperar y ha señalado que su «cooperación» es necesaria para «llegar a una evaluación concluyente» sobre el origen del virus. «Pekín, sin embargo, continúa obstaculizando la investigación global, se resiste a compartir información y culpa a otros países, incluido Estados Unidos».

Biden ha garantizado que los «esfuerzos» de Washington para comprender los orígenes de la pandemia «no se detendrán». «Haremos todo lo posible para rastrear las raíces de esta pandemia que ha causado tanto dolor y muerte en todo el mundo, para que podamos tomar todas las precauciones necesarias para evitar que vuelva a ocurrir», ha agregado en un comunicado emitido tras la publicación del informe.

En el texto, el presidente de Estados Unidos ha arremetido contra China, señalando que, «desde el principio», su Gobierno «ha trabajado para evitar que los investigadores internacionales y los miembros de la comunidad de salud pública mundial» accedan a la información «crítica» sobre los orígenes de la pandemia.

Así, ha lamentado que China «sigue rechazando los llamamientos a la transparencia y reteniendo información, incluso cuando el número de víctimas sigue aumentando». «El mundo merece respuestas y no descansaré hasta que las obtengamos», ha continuado, antes de remarcar que la información es necesaria «para prevenir nuevas pandemias».

«Continuaremos presionando a China para que se adhiera a las normas y estándares científicos, incluido el intercambio de información y datos de los primeros días de la pandemia», ha incidido.