El portavoz del Ministerio de Defensa de Rusia, Igor Konashénkov, precisó que Moscú lleva a cabo una «reagrupación programada» de las tropas rusas en ambas regiones para poder centrarse en la «liberación del Donbás». «Durante la primera etapa de la operación militar se planeaba obligar al enemigo a concentrar sus fuerzas, recursos y equipos en la defensa de grandes ciudades», incluida la capital, para «maniatarlos en el campo de batalla» y «no permitirle usar esas fuerzas en el principal objetivo ruso, el Donbás», señaló. Su homólogo en Ucrania, Oleksandr Motuzyanyk, afirmó que se ha producido una «retirada parcial de unidades del enemigo» en Kiev, pero «no podemos hablar aún de un repliegue a gran escala», matizó. El asesor de la Oficina del Presidente Oleksiy Arestóvych a su vez opinó que Rusia dejará parte de su contingente cerca de Kiev, para impedir que las fuerzas ucranianas puedan ser transferidas a otros frentes más complicados, como el este o el sur.
En el norte
«Hubo bombardeos en Chernígov, en la región de Khmelnytsky, varios misiles fueron derribados sobre Kiev», aseguró el asesor del Ministerio del Interior Vadym Denysenko, a las televisiones locales. «El enemigo demostró una ‘disminución de la actividad' en la región de Chernígov al atacar Nizhyn, incluso por aire, y pasó toda la noche golpeando Chernígov», señaló a su vez el jefe de la Administración Regional Militar, Vyacheslav Chaus, en Telegram. En la región de Kiev por su parte cayeron más de 30 misiles y bombas sobre urbanizaciones e infraestructuras sociales. «El invasor lanza ataques con misiles y bombas, tratando de destruir completamente la infraestructura y las áreas residenciales de nuestras ciudades y pueblos enteros», afirmó la Administración Regional Militar de Kiev en Telegram. En la misma región, el alcalde de Irpín, liberada a principios de semana por las tropas ucranianas, Oleksandr Markushin, afirmó que «el 50 % de la ciudad ha sido destruida, unos 300 ciudadanos han fallecido durante la ofensiva rusa, y solo permanecen unos 3.500 ciudadanos en la urbe».
La diplomacia
El negociador jefe ruso, Vladímir Medinski, advirtió este miécoles a Ucrania de que el estatus tanto de la anexionada península de Crimea como de las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, cuya independencia fue reconocida por el Kremlin, son intocables para Rusia. «Quiero subrayar que la postura de principio de nuestro país en relación con Crimea y el Donbás sigue siendo invariable», dijo Medinski en una declaración por la televisión pública. Al respecto, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, consideró «positivas» las negociaciones entre ambos bandos celebradas el martes en Estambul. «La soberanía y la integridad territorial de Ucrania deben quedar garantizadan. No puede haber ni habrá ningún compromiso sobre la soberanía e integridad territorial», señaló.
El asesor presidencial, Mykhailo Podoliak, explicó que Kiev propuso a Moscú un plazo de quince años para negociar el estatus de Crimea, anexionada por Rusia en el año 2014. En cuanto al Donbás, el presidente Putin reconoció tres días antes del inicio de la operación militar en Ucrania la independencia de las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk. Tanto Putin como los separatistas destacaron que su objetivo es recuperar el control de todo el territorio.
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