«El presidente Putin está atacando brutalmente a los civiles y brutalizando a un país en este momento. El presidente (Biden) estaba hablando de cuáles son esas atrocidades y lo que está viendo en el terreno», ha dicho su portavoz, Jen Psaki, matizando que «hay un proceso legal» por el que estas acciones serán juzgadas. En este sentido, ha aclarado que Biden «no se está adelantando» al trabajo de los tribunales internacionales, sino que está hablado «de lo que siente». Psaki ha reiterado que, «independientemente» de cómo se llame, el objetivo de Estados Unidos es «seguir ayudando a los ucranianos en esta guerra».
«Desde el comienzo de esto, la retórica del Kremlin y los medios rusos ha sido negar la identidad nacional del pueblo ucraniano. Y el Kremlin ha lanzado un ataque a gran escala contra la soberanía del Estado ucraniano y su pueblo», ha dicho. Psaki ha reiterado en varias ocasiones que «lo que se está viendo sobre el terreno» es prueba de ello, aunque haya «diferentes líderes de todo el mundo (que) lo describan de diferentes maneras». «Él (Biden) es el presidente y se le permite dar a conocer sus puntos de vista en cualquier momento que desee», ha añadido. «Lo que es incuestionable es lo que estamos viendo es horrible: los civiles, los hospitales, incluso los niños. El presidente lo llamaba como él lo ve», ha dicho, agregando, pese a ello, que «una consideración de genocidio requiere años». El portavoz de la Presidencia rusa, Dimitri Peskov, condenó estas palabras de Biden sobre el posible «genocidio» en Ucrania -- un término que hasta ahora la Administración estadounidense había evitado-- e incidió en que el Gobierno ruso está «categóricamente en desacuerdo». «Consideramos inaceptable intentar tal distorsión de la situación (...) esto es difícilmente aceptable para el presidente de Estados Unidos», agregó Peskov, que remarcó que el país norteamericano «ha cometido hechos bien conocidos en el curso de la historia moderna y reciente», recogió la agencia de noticias rusa Interfax.
Por otro lado, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, agradeció al presidente de Estados Unidos sus palabras. «Verdaderas palabras de un verdadero líder», dijo en su perfil oficial de Twitter, agregando que «llamar a las cosas por su nombre es fundamental para hacer frente al mal». La Administración Biden acusó a Putin de crímenes de guerra, pero hasta ahora no se había referido a sus acciones en Ucrania como «genocidio», un término que sí ha empleado el mandatario ucraniano en varias ocasiones. «Las evidencias están aumentando. Se ve diferente a la semana pasada. Más evidencias están saliendo literalmente de las cosas horribles que los rusos han hecho en Ucrania», dijo el mandatario estadounidense, agregando que «aprenderemos más y más sobre la devastación». En este sentido, ya dejó claro esta misma semana que los tribunales internacionales decidirían si se califican estas acciones como «genocidio». «Así nos parece a nosotros», reiteró Biden en un encuentro con periodistas posterior a una rueda de prensa en el estado de Iowa. Esta escalada semántica se produce tras las masacres de Bucha, donde han aparecido más de 400 cadáveres, muchos de ellos de civiles maniatados, y en la estación de Kramatorsk, donde misiles rusos acabaron con la vida de más de 50 personas.
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