La Fuerza de Respuesta de la OTAN, una fuerza multinacional altamente preparada y tecnológicamente avanzada formada por componentes terrestres, aéreos, marítimos y de Fuerzas de Operaciones Especiales que la Alianza puede desplegar rápidamente allí donde sea necesario, cuenta actualmente con 40.000 efectivos. Para llevar a cabo ese refuerzo, la OTAN prevé tener más equipos preposicionados y reservas de suministros militares, el despliegue de más capacidades -como la defensa aérea-, el refuerzo del mando y control y unos planes de defensa mejorados, con fuerzas «preasignadas» para defender a determinados aliados. Estas iniciativas suponen «la mayor revisión de nuestra disuasión y defensa colectiva desde la Guerra Fría», dijo el político noruego. Asimismo, afirmó que en la cumbre «reforzaremos nuestros batallones en la parte oriental de la Alianza hasta el nivel de brigada». Tras la agresión de Rusia a Ucrania en 2014, la OTAN decidió instalar cuatro batallones multinacionales en Polonia y los países bálticos, mientras que la guerra iniciada por Moscú este año contra su vecino ha llevado a los aliados a duplicar su número y desplegar otros cuatro en Rumanía, Bulgaria, Hungría y Eslovaquia. Stoltenberg precisó que espera que esa conversión de batallón en brigada se producirá en «algunos» de esos países y argumentó que no hay una misma solución que encaje para todos, ya que depende de las «necesidades» de cada aliado.
El secretario general aliado también se refirió a que en Madrid la OTAN aprobará un nuevo Concepto Estratégico, el documento que dirigirá sus acciones en la próxima década en respuesta a «una nueva realidad de seguridad» y que supondrá «un cambio fundamental en la disuasión y la defensa» de la Alianza. «Nos guiará en una era de competencia estratégica», dijo, y confió en que el nuevo Concepto Estratégico «deje claro que los aliados consideran a Rusia como la amenaza más importante y directa para nuestra seguridad». En el Concepto Estratégico actualmente en vigor, adoptado en la cumbre de Lisboa de 2010, los aliados califican todavía a Rusia como un socio estratégico. En cambio, Stoltenberg explicó que ese país «se ha alejado del diálogo que hemos intentado mantener durante muchos años» y que los acuerdos firmados con Moscú ya no están funcionando «simplemente porque ha escogido la confrontación frente al diálogo». «Tenemos que responder a esa realidad. De ahí el cambio fundamental en nuestra disuasión y defensa», indicó, aunque reconoció que seguirá siendo necesario mantener unas «líneas de comunicación» con Rusia para evitar incidentes. Por otra parte, aseguró que el Concepto Estratégico que salga de Madrid «abordará por primera» a China y «los retos que plantea a nuestra seguridad, intereses y valores», así como la evolución de otras amenazas y desafíos, incluyendo el terrorismo, el ciberespacio y la guerra híbrida.
De la cumbre, en la que se prevé que intervenga el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, por videoconferencia, también saldrá un paquete integral de ayuda a Ucrania para que se defienda de la agresión rusa y pueda mejorar sus comunicaciones y contar con sistemas antidrones y combustible. «A largo plazo, ayudaremos a Ucrania a pasar de los equipos militares de la era soviética a los modernos de la OTAN», apuntó Stoltenberg. Los aliados darán además su aprobación a un fondo de innovación de 1.000 millones de euros para invertir en tecnologías emergentes de doble uso y pactarán reducir las emisiones de gases de efecto invernadero por parte de la Alianza. En la cumbre participarán por primera vez los líderes de Australia, Japón, Nueva Zelanda y Corea del Sur para estrechar su cooperación con la OTAN y también asistirán Georgia y la Unión Europea. Igualmente, se adoptarán nuevos paquetes de apoyo para nuestros socios Georgia, Bosnia y Herzegovina, Moldavia, Mauritania y Túnez. Sigue por ver si la OTAN logrará revertir para la cumbre el veto que mantiene Turquía al ingreso de Finlandia y Suecia en la organización.
Stoltenberg dejó claro que para hacer frente a todos estos desafíos será necesario «invertir más». La OTAN publicó hoy nuevas cifras sobre el gasto en Defensa de los aliados que muestran que 2022 será «el octavo año consecutivo de aumentos en los aliados europeos y Canadá». Actualmente, nueve aliados han alcanzado o superan ya el objetivo de invertir el 2 % de su PIB en defensa marcado para 2024, mientras que 19 tienen «planes claros» para lograrlo entonces y, otros cinco, han expresado «compromisos concretos» para llegar a ello a partir de entonces. «El 2 % se considera cada vez más un suelo, no un techo», apuntó Stoltenberg.
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