Las dimisiones el martes de los ministros de Finanzas, Rishi Sunak, y de Sanidad, Sajid Javid, por la pérdida de la confianza en el primer ministro han supuesto el golpe político más duro hasta la fecha contra Johnson, que hace un mes ya sorteó a duras penas una moción de censura impulsada por sus propios compañeros. A Sunak y Javid se han sumado en las últimas horas otros altos cargos del Ejecutivo --ya son al menos 15-- que también cuestionan al primer ministro y este miércoles han hecho pública su salida los secretarios de Estado de Infancia y Familia, Will Quince, el de Educación, Robin Walker, y el de Finanzas, John Glen, entre otros. Quince ha pasado de ser una de las caras visibles del Ejecutivo a la hora de defender ante los medios la versión oficial sobre el caso Fincher a recriminar públicamente a Johnson sus mentiras, de las que no habría sido consciente hasta el partes.
En este sentido, ha explicado en declaraciones a Sky News que Downing Street llegó a garantizarle de forma «categórica» que el primer ministro no estaba al tanto de las acusaciones de acoso contra el dirigente parlamentario, a pesar de que la oficina de Johnson ha terminado por reconocer lo contrario. Quince sí ha reconocido que Johnson se ha disculpado con él por las informaciones «imprecisas» que había recibido, pero ha sostenido que no le queda más salida que hacerse a un lado y abandonar el gabinete. Por su parte, Glen considera «imposible» seguir en el cargo y cree que «el país se merece algo mejor», como ha plasmado en un comunicado publicado en redes sociales.
La asistente parlamentaria en el Ministerio de Transportes, Laura Trott, que también ha anunciado la dimisión, se ha expresado en términos similares, defendiendo que «la confianza en política es de vital importancia» y «en los últimos meses se ha perdido», en alusión a la cascada de escándalos que persiguen al actual Ejecutivo y que incluyen, entre otros, las multas por las celebraciones de fiestas en plena pandemia de COVID-19.
Johnson ha pedido perdón durante estos últimos meses por las sucesivas polémicas en que se ha visto envuelto, pero se ha negado a ceder a las voces que, tanto desde dentro de su partido como desde la oposición, le piden que dimita. Teóricamente, está protegido hasta junio de 2023 frente a una nueva moción de censura de sus propios compañeros, si bien algunos 'tories' abogan por cambiar las normas para que no sea necesario esperar un año entre votaciones. Estos conservadores críticos con Johnson quieren aprovechar las próximas elecciones del Comité 1922, responsable de lanzar las mociones, para integrar a miembros partidarios de cambiar la normativa y así facilitar dichas modificaciones, según la BBC.
El 'premier' ha evitado de momento que las salidas de Sunak y Javid hayan derivado en otras dimisiones en primera línea y altos cargos como Dominic Raab, Michael Gove, Therese Coffey y Ben Wallace ya han dicho que seguirán en el Gobierno. También ha respaldado a Johnson «al cien por cien» la ministra de Exteriores, Liz Truss, que suena como potencial sustituta en Downing Street.
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