En Países Bajos existe un sistema de puntos de valoración de viviendas (WWS) que asigna una puntuación determinada a una casa en función del tamaño, las comodidades y los artículos de lujo. Esto solo se aplica a los alquileres de viviendas sociales: aquellas casas a las que se asigna un máximo de 142 puntos se pueden ofrecer con una renta máxima de 752 euros al mes y se destinan a hogares de bajos ingresos.
El ministro neerlandés de Vivienda, Hugo de Jonge, ha planteado extender el WWS a las viviendas con un valor en puntos de hasta 186, lo que alcanzaría actualmente a las casas que se puedan alquilar por unos 1.021 euros al mes. Para estas viviendas, el gobierno limitará los aumentos de alquiler a la subida salarial media en los convenios colectivos de trabajo más un 0,5 %. El valor de los puntos asignados a una casa se indexa anualmente con la inflación y 186 puntos equivaldrán a 1.123,13 euros cuando la ley entre en vigor, aunque la norma sólo se aplicará a los nuevos contratos y «siempre que haya escasez en el mercado de la vivienda», señala el proyecto.
El Ministerio de Vivienda evaluará la necesidad de aplicar esta regulación cada cinco años. Serán los inquilinos quienes apelen ante un tribunal del alquiler en un plazo de seis meses después de firmar el contrato si consideran que se les está cobrando demasiado. Según el ministro, estas medidas reducirán el alquiler de más de 300.000 viviendas en una media de 190 euros al mes.
En los últimos cinco años, los nuevos inquilinos en las cuatro ciudades más grandes de Países Bajos han estado pagando regularmente unos 160 euros al mes más que los inquilinos anteriores. «Muchas veces los inquilinos no tienen otra opción, pero es cada vez mayor el número de viviendas inalcanzables para personas con ingresos medios», denunció De Jonge. Los ingresos medios en Países Bajos oscilan entre 40.000 y 56.000 euros al año y solo las personas que ganan menos de 40.000 euros tienen ahora derecho a una vivienda social.
La nueva norma también buscará impulsar la sostenibilidad de las casas en alquiler, por lo que la etiqueta energética también contará en la asignación de puntos en el WWS, tanto para obtener puntos adicionales como para verlos deducidos, por lo que los propietarios con una casa sostenible podrán «pedir un alquiler más alto y los inquilinos se beneficiarían de una factura de energía más baja».
De Jonge también publicó este mes planes que requerirán que todas las autoridades locales del país se aseguren de que el 30 % de las viviendas en su área sean viviendas sociales, como parte de un paquete de medidas destinadas a dar al gobierno central más voz en el desarrollo inmobiliario residencial. Esto le dará al Ejecutivo central más control sobre la asignación de terrenos edificables, en un esfuerzo por garantizar que se construyan 900.000 nuevas viviendas para 2030 y que dos tercios de las nuevas casas se clasifiquen como «asequibles» para hogares de ingresos medios.
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Esta medida no hará que haya más vivienda en el mercado. Las medidas que sí tienen buena pinta son las que ha puesto portugal.