Momento de la entrada del féretro de Berlusconi, rodeado de una multitud de admiradores del ex primer ministro. | CIRO FUSCO
Italia se ha despedido este miércoles de Silvio Berlusconi, primer ministro en tres ocasiones y magnate de los medios de comunicación y el fútbol, con un simbólico funeral de Estado que ha coincidido también con un día nacional de luto, en memoria de un político y empresario que ha marcado la evolución del país transalpino desde mediados de la década de los noventa. Berlusconi, enfermo de leucemia, falleció el lunes a los 86 años en un hospital de Milán, después de varios días ingresado. Su féretro reposaba desde ese mismo día en la mansión que el magnate tenía en Arcore, desde donde ha partido este miércoles para recorrer los 33 kilómetros que le separaban de la catedral de Milán, jaleado por muestras de apoyo. De hecho, miles de personas han acudido a la plaza del Duomo, frente a la emblemática catedral milanesa, para dar su último adiós a Silvio Berlusconi y seguir el acto desde pantallas gigantes.
2 comentarios
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Li LaSiempre repite el mismo comentario? Este señor ha muerto. Respete a los muertos, palabra de italiano que jamás ha votado a este señor. El haberse pasado veinte años demonizando a Berlusconi, para la izquierda italiana, ha supuesto entregarle el país justamente a él y a los suyos. Ahora la izquierda española ha decidido suicidarse y hacer lo mismo que ha hecho la izquierda italiana. Y los resultados en las urnas parecen confirmar mi lectura. Llamarle corrupto, ladrón o mafioso todo el tiempo no sirve de nada. Primero porqué corruptos, ladrones y mafiosos también hay en los partidos de izquierda. Segundo porqué, las personas inteligentes, votamos cuando hay propuestas que compartimos, no cuando hay insultos y descalificación, sin respetar ni a los muertos. Jamás votaría a la ultraderecha, pero antes de votar a un partido vacío de ideas y contenidos que solo se dedica a insultar y descalificar, me abstengo. Y es justo lo que ha pasado en las ultimas elecciones de aquí. Pienselo, si su objetivo es evitar que aquí también llegue algún populista de derechas y vaya arrasando los próximos veinte años
Abascal, ¿no se fue? Todos los demás donde están, Viktor Orban y Matteo Salvini lideran el canto fúnebre con Bunga Bunga. Vaya fiesta. Ay cómo brotaban las lágrimas, 'su última novia, Marta Fascina, que lloraba desconsolada'. ¿Le dijeron que él solo le dejó su peluca en su testamento?..